Siete minutos separan el golazo de Gabriel Veiga (20) de una expulsión. En menos de media hora, el centrocampista del Celta ha hecho dos papeles: primero, héroe. Concretó un gran gol después de rematar a placer desde la frontal del área del Almería. Después, villano. En medio de la efusividad que despertó aquel tanto, Veiga vio la tarjeta roja.
El deportista frenó con un pisotón a un rival y terminó saliendo rumbo a las duchas en el minuto 30 del encuentro. Veiga se retiró entre lágrimas del campo. Al llegar a la línea de banda pateó, con impotencia, una bolsa que descansaba cerca del VAR.
Desde ese entonces, el partido expuso otro trámite. Con la roja, el Celta pasó de ser dominador a dominado.
El Almería, que exhibió algunas acciones de peligro en el amanecer del encuentro -más por la emotividad y por el respaldo de las gradas que por el juego-, sorprendió al Celta de Eduardo Coudet en la segunda parte.
Con la expulsión de Veiga, Coudet se vio obligado a modificar puntos específicos del esquema. El equipo gallego necesitaba un centrocampista -o un defensor- que ayudara a sus compañeros para recuperar la pelota. El Almería, consciente de su superioridad numérica, aprovechó, de gran manera, su hombre de más para diezmar a su rival.
Coudet envió al terreno de juego a Renato Tapia (27) y a Franco Cervi (28) para suplir la baja de Veiga. Los movimientos, sin embargo, no le generaron el resultado esperado. En las primeras de cambio de la segunda parte el Almería sentenció el partido.
Un gol de Lázaro Vinicius (20) en el minuto 52 y otro de Cesar De La Hoz (30) en el 60 liquidaron a un Celta golpeado, que bajó los brazos con el primer tanto rival.
El Almería, en contraste, insistió y buscó el tercero. Los rojiblancos atacaban la portería de Marchesín a través de un juego directo, sin control del balón, con trancisiones rápidas y con velocidad. Mucha velocidad.
La estrategia del Almería ha sido efectiva. En una acción en la que parecía que el equipo idálico quería hacer la clásica de perder tiempo,Dyego Sousa (33) desbordó. El brasileño superó a un rival. Levantó la cabeza y, con la marca encima, envió un pase atrás. El balón le cayó a Eguaras (30) que, desde el área chica, envocó el balón a la red de Marchesín. Almería 3-1 Celta.
El club sumó tres puntos de oro que le permiten recortar distancias con otros rivales en la carrera por la permanencia. El Celta, por su lado, mantiene su proeza y sufre, como en cada encuentro, resultados que a simple vista no parecen justos.
El Almería concreta su tercera victoria consecutiva como local. El equipo rojiblanco toma aire en la pelea por la permanencia y vence a un rival directo que tendrá que trabajar mucho en el parón de diciembre.