El GP de Australia ha terminado con los decibelios por las nubes. La tensión, palpable en el tramo final, ha marcado los ánimos de los corredores, en especial los de Ferrari. La escudería italiana se ha visto afectada por una sanción de la FIA que le restó cinco segundos a Carlos Sainz. Alonso, Hamilton y el mismo Verstappen no han entendido muy bien la acción.
El número uno de Ferrari
Un toque puede cambiarlo todo. Carlos Sainz puede decirlo. El piloto de Ferrari tenía casi asegurada una cuarta plaza más que merecida cuando un simple roce con Fernando Alonso a falta de dos vueltas para el final cambió el curso de la competición.
Sainz, después de algunos altibajos, parece posicionarse como el primer corredor de la escudería italiana. Su rendimiento en Australia ha sido fantástico. La sanción -tomada como severa incluso por el mismo Fernando Alonso- dejó un sabor agridulce en el español, que por lo menos mejoró sus registros y amenazó a sus rivales en una carrera que ganó Max Verstappen, el claro dominador de la Fórmula 1.
Verstappen gana pero sufre
El amanecer de la carrera no fue fácil. Max Verstappen veía cómo Carlos Sainz y Lewis Hamilton intentaban evitar que escalara al primer puesto. El neerlandés ha aprovechado el aumento de los decibelios en el tramo final de la prueba para tomar ventaja y hacerse con su segundo GP de la temporada -ya había ganado en Yeda con más calma-.
Alonso, tercer podio y molestia
Tercera carrera, tercer podio. Fernando Alonso pasa por un gran momento. Aston Martín festeja y siente que tiene posibilidades para acabar en el podio del Mundial. El asturiano, sin embargo, no ha ocultado su molestia por la sanción que le ha otorgado la FIA a Sainz. "Vaya norma estúpida, cómo puede ser", dijo Alonso tras conocer la determinación de los comisarios.
¿Y Checo Pérez?
De Alonso y de Sainz se habla en los diarios. De Checo Pérez, en cambio, poco se menciona. Pérez registró uno de los peores fines de semana con Red Bull. El mexicano finalizó en la quinta posición después de iniciar en el fondo de la parrilla. El objetivo, sin duda, era pelearle el título a Verstappen.