Su asiento en Red Bull, el mejor coche de la parrilla con enorme diferencia sobre los demás, es muy goloso. De ahí que, dentro del paddock, haya tantos críticos sobre su labor. Algo que se alimenta porque, todo hay que decirlo, Sergio Pérez no ha dado el nivel durante gran parte del año.

En nueve ocasiones se ha quedado fuera de la Q3. Mientras su compañero arrasaba y aplastaba rivales, él se perdía en posiciones intermedias, incluso a veces sin poder superar a monoplazas inferiores. En más de una y en más de dos ocasiones se han escuchado rumores, incluso de su propio equipo, sobre un posible cambio de cara a 2024. Aunque tiene firmado hasta 2025.

Pero en el momento oportuno, cuando más lo necesitaba, Checo ha reseteado recordando al de las primeras cinco carreras para, al menos, poder asegurar lo que la pasada campaña no pudo conseguir. Su objetivo de ser subcampeón del mundo de F1 ya es una realidad. 

Con sus 273 puntos, por los 232 de Lewis Hamilton, ya no podrá ser superado por el inglés con sólo una prueba por disputarse. Verstappen le dobla en puntos, suma 549. Pero eso ahora a Pérez no le importa tanto, pues, pese a todas las dificultades que ha sufrido en esta su 13ª temporada en F1, ha completado en términos generales la mejor de su carrera deportiva.