Tras los pasos de Wembanyama, el malagueño Risacher comienza su vida en la NBA
Al igual que 'Wemby', la gran joya de futuro de la liga, la primera elección del último draft es francés y se formó lejos del sistema universitario estadounidense.
Risacher, que debutaba con el uniforme de los Atlanta Hawks este miércoles ante los Brooklyn Nets, jugaba hasta hace varios meses con el modesto equipo francés JL Bourg frente a unos pocos miles de espectadores.
A partir de ahora, este alero nacido en Málaga, donde jugaba su padre, estará cada noche bajo el foco del mundo del deporte midiéndose con los mejores baloncestitas del planeta, una responsabilidad que asume en primera persona.
"Hice mi primera mudanza solo y gestioné todo lo que estaba relacionado: mi licencia de conducir, la compra de un coche, la búsqueda de un chef personal. Todo para intentar hacerme la vida lo más fácil posible, para prepararme lo mejor posible para la temporada, para que luego todo funcione y vaya bien", dijo Risacher a la AFP en las instalaciones de entrenamiento de los Hawks.
"Es cierto que es un cambio. Y hacerlo en otro país, en otro idioma, es bastante complicado", recordó. "Tengo un buen equipo a mi alrededor y estoy muy agradecido por ello. Siento que voy progresando poco a poco. Lo más importante es trabajar con los compañeros y atreverse a hacer preguntas".
"Yo logré esta oportunidad"
Una parte esencial de ese equipo es su padre, el exjugador Stéphane Risacher, quien militó en grandes clubes europeos sin llegar a la NBA.
Zaccharie, que nació cuando su padre jugaba en el Unicaja Málaga de la liga española, recuerda que se entrenaba de pequeño con un aro instalado en el jardín de la casa.
Stéphane siguió ayudando en la formación de su hijo hasta la actualidad en Atlanta. ¿Sentía Zaccharie que su destino era llegar a la NBA?
"No particularmente", afirma este prometedor alero de 2,06 metros de altura. "Sé que estoy donde estoy gracias a mí. Nadie me obligó, nadie trabajó para mí. Creo que yo mismo me he creado esta oportunidad, no era una conclusión previsible".
"Por otra parte, cuando de niño decidí que quería seguir este camino, mi familia me apoyó mucho", reconoce. "Con mis antecedentes y la experiencia de mi padre, en cuanto me decidí, tuve una buena red de apoyo, tanto para aconsejarme en la pista como fuera de ella".
En sus primeras apariciones en pretemporada, Risacher ya percibió que el estilo de juego es muy diferente al europeo.
"Es la velocidad. Aquí se juega muy rápido", apunta. "En los partidos de entrenamiento, hay que subir y bajar mucho por la pista. Los demás estaban acostumbrados, tanto física como mentalmente".
"No diría que no estaba preparado, pero es un estilo de juego diferente y tuve que acostumbrarme", admite.