Han pasado más de 20 años, pero el Carlos Tartiere no le traerá nunca buenos recuerdos al Atlético de Madrid. Ese fue el escenario de su bajada a los infiernos de Segunda en el que luego estaría dos temporadas. Se recuperó y reinventó con Simeone para disfrutar de los, posiblemente, mejores años de su historia. Pero la herida está ahí.
Y no se cerrará aunque haya noches como la de Copa, donde los colchoneros no dieron opción a la sorpresa. Después de un buen comienzo de los asturianos, con grandes oportunides para Obeng, en el minuto 23, una triangulación entre Nahuel, Griezmann y Marcos Llorente acabó con este entrando en el área como un cohete para fusilar a Tomeu Nadal y abrir el marcador.
A partir de ahí se dibujó otro partido, con un Atleti más serio ante un rival que se vio impotente, a pesar de su buen nivel, para batir a Oblak. Viti tuvo la más clara al filo del descanso, mas el eslovaco atajó bien, como casi siempre. Por eso Simeone no rota en la portería ni en estos choques con rivales de inferior categoría.
El Pichichi Borja Bastón, al campo
Había que remontar ese 0-1 y Álvaro Cervera rescató del banquillo a Borja Bastón. El excolchonero y máximo goleador carbayón, a punto estuvo de enchufar el empate en la primera que tuvo tras un error de Lemar en la salida de balón.
Esta acción animó a los azulones ante un Atleti muy desmejorado con respecto al de la primera mitad. El Cholo buscó recuperar el control con Kondogbia y el joven Pablo Barrios, a la postre decisivo.
Atentos a Pablo Barrios
El que dominaba era el Oviedo. El que buscaba el gol era el Oviedo. El que peleaba más y mejor era el Oviedo. Pero no le daba para generar esas oportunidades de gol ante Oblak. Y eso se termina pagando caro, más cuando el tiempo se te echa encima y te ves obligado a presionar cada vez más arriba.
Con espacios, como le gusta al Atleti, llegaría el gol de la sentencia, obra de Barrios después de una gran acción colectiva con una rápida asociación entre Griezmann, Reguilón y Correa que finalizó el joven canterano.
No se rindieron nunca los anfitriones, pero no les dio ni siquiera para marcar el gol del honor. Aunque de eso, de honor, tienen mucho después de su más que notable segunda parte.