Hay más de 12.000 kilómetros entre Estocolmo y Buenos Aires, una distancia que hace improbable la conexión entre Boca Juniors y Suecia, que comenzó hace más de 100 años.

Fundado en 1905, el Xeneize es uno de los clubes más emblemáticos de Argentina. Es imposible no pensar en las camisetas azul y amarilla que lucieron jugadores de la talla de Maradona y Riquelme en las canchas argentinas. Pero no siempre fue así. Cuando se fundó, el club vestía diferentes colores, desde el celeste de la bandera argentina hasta una camiseta a rayas azules y blancas, y existe el rumor (nunca demostrado) de que también lució una camiseta rosa.

La equipación a rayas fue compartida con el Nottingham Almagro y en 1906 los equipos se enfrentaron por el derecho a vestir una camiseta. Boca Juniors perdió y el club tuvo la pragmática solución de adoptar una nueva combinación de colores: la bandera del primer barco que entrara en el puerto de Buenos Aires.

El destino quiso que fuera el Drottning Sophia, procedente de Suecia y con la famosa bandera azul con una cruz amarilla. Los colores se adoptaron entonces y se han mantenido hasta hoy (el primer equipo con este color se utilizó en 1908), en una relación que ya es casi umbilical.

Para marcar esta conexión, Boca Juniors lanzó este miércoles una tercera equipación. El azul habitual se ve salpicado por una cruz amarilla, que sustituye a la mítica franja de la camiseta principal.