Un Philipsen intratable completa su cuarta victoria de etapa en el sprint de Moulins
Poco viento para abrir hueco, mucho menos calor y un escenario muy clásico: esta 11ª etapa devolvió la calma a los corredores, al día siguiente de la locura que se había apoderado del pelotón durante toda la jornada.
En el kilómetro 0, en las afueras de Clermont-Ferrand, el corredor costarricense Andrey Amador se escapó, pero dudó durante mucho tiempo antes de marcharse en solitario. El manager del EF Education - Easy Post esperó los refuerzos de Matis Louvel (Arkéa - Samsic) y Daniel Oss (TotalÉnergies).
El trío animó el recorrido, sin llegar a ganar terreno. A falta de 40 kilómetros, Oss fue el único superviviente, ya que Lebel y luego Amador pusieron fin a la carrera. El veterano italiano (36) prosiguió su esfuerzo para hacerse con el premio a los luchadores del día.
Detrás de él, los equipos de los velocistas empezaron a prepararse para el sprint final. Pero mientras Oss continuaba su esfuerzo en solitario, una ligera lluvia hizo su aparición. Esto elevó considerablemente el nivel de nerviosismo.
La secuencia de tres rotondas en el final, y especialmente la última que había que afrontar con una cerrada curva a la derecha a 1300 metros de la línea, era suficiente para poner tenso a cualquiera. Pero Oss nunca se rindió, ni siquiera cuando sus brazos empezaron a tensarse.
A poco menos de 15 kilómetros para llegar a Moulins, el ratón fue engullido por el gran felino.
Era el momento de que los velocistas y los equipos de cabeza hicieran su movimiento. Las carreras bajo la lluvia no son una comedia musical y los puestos son igualmente difíciles de conseguir. Tras cruzar el Allier, la ausencia de Mathieu van der Poel afiló los cuchillos competitivos. Pero incluso sin su habitual pez piloto, Jasper Philipsen está por encima del resto. A falta de 25 metros, el belga ya estaba a la altura de los pedales de Dylan Groenewegen y se impuso de forma magistral, con Phil Bauhaus completando el podio y Bryan Coquard 4º.
Ha sido la 4ª victoria de etapa del Tour para Philipsen, que consolida más que nunca su maillot verde.