El tenista catalán afrontaba un partido muy complicado contra el actual número cuatro del mundo, en el primer lugar hace tan solo unos meses. El ruso, que no llegaba en las mejores condiciones al choque, partía como principal favorito por todo el nivel ofrecido durante su carrera y, entre otros motivos, su título de hace dos meses en Los Cabos, aunque todavía lejos de lo visto en 2021, cuando ganó el US Open en septiembre frente a Novak Djokovic.
Arrancó Albert Ramos de la peor forma posible ante un rival que es superior: perdiendo el servicio. Ya no es solo el hecho de no llevarse un juego y necesitar devolverle el golpe (con lo que ello supone ante Medvedev, cuyo saque es potentísimo), sino lo que supone a nivel anímico. Sin embargo, tuvo su oportunidad para empatar a dos con un punto de break que no logró concretar. El intercambio fue constante hasta el definitivo 3-6 en un set que terminó como empezó, aunque esta vez de forma más igualada (el ruso selló el 0-1 a la tercera). Curiosamente, cometió tres dobles faltas y sumó cinco aces.
La segunda manga estuvo marcada por lo ocurrido al inicio: Ramos salvó las dos oportunidades que tuvo Medvedev para romper el servicio y aprovechó la primera para establecer la igualada (1-1). Sin embargo, el catalán claudicó con 1-2 en contra y volvió a colocarse a dos juegos de su oponente, una brecha que, como en el primer set, resultó ser insalvable e incluso se amplió. Al final, en un partido cuyo rumbo parecía intuirse con el propio devenir del mismo, 1-6 definitivo y triunfo para el número cuatro del ranking ATP, que se medirá en octavos al suizo Marc-Andrea Huesler o al finlandés Emil Ruusuvuori.
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