Ousmane Dembélé intentará olvidar lo antes posible este domingo 18 de diciembre de 2022, aunque no será una tarea sencilla porque el contexto era ideal para sacar a relucir su indiscutible calidad. Lejos de ayudar a Francia a conseguir la tercera Copa del Mundo, el extremo descuidó su banda y estuvo impreciso en ataque. Fue el protagonista de la primera mitad al cometer un penalti sobre Ángel Di María, principal motivo por el cual Kolo Muani entró al campo mucho antes de lo que podía esperar.
No fue la única sustitución que llevó a cabo el seleccionador galo, quien también decidió dar entrada a Marcus Thuram, por Olivier Giroud, para poder contar con un perfil diferente de delantero, mucho más dinámico, rápido y móvil. Lo cierto es que el ariete del Milan llegaba algo tocado a la cita y eso ha podido influir a la hora de optar por la sustitución. Con 2-0 en contra y unas sensaciones nefastas, sin embargo, era necesario afrontar decisiones radicales.
Dembélé ha tenido un rol principal en este campeonato del mundo, al menos en lo que a minutos se refiere (titular en todos los partidos menos ante Túnez, cuando ya estaba sellado el pase a octavos), pero ni mucho menos ha sido uno de los más destacados por nivel de juego. Entre el propio plantel francés, sin necesidad de acudir a otras selecciones, hay otros futbolistas que han tenido un papel más importante durante este mes de competición: Mbappé, Giroud y Griezmann han sido básicos en ataque. El extremo cerró su participación en Catar con el siguiente balance: una asistencia frente a Australia y otra más contra Polonia.