En la sexta cita del Mundial de F1, Verstappen y "Checo" Pérez, grandes dominadores del campeonato del mundo hasta el momento, no lo van a tener tan sencillo como en otras carreras. 

Mónaco es especial y peculiar. Al ser un circuito tan corto, sin largas rectas y con la velocidad media más baja de todo el año, la potencia y la aerodinámica de Red Bull no marcan tanto la diferencia como en otros circuitos convencionales. Por ese motivo, Fernando, Carlos y el resto de pilotos de componentes de la parrilla con un coche medianamente competitivo saben que si quieren darle algún pequeño disgusto es el momento de intentarlo.

En la primera sesión de libres los dos españoles se mostraron muy competitivos. Alonso, dos veces vencedor en el trazado monegasco, ya ha avisado que atacará más que ningún otro fin de semana. De momento está cumpliendo. Carlos, tras un comienzo de temporada decepcionante con Ferrari, ha recobrado las buenas sensaciones y el monoplaza italiano se está mostrando más fuerte junto a los yates del Principado. A pesar del accidente, el potencial de coche y piloto ha quedado demostrado. 

El AMR23, el Aston Martin de Alonso, presenta mejoras importantes. Las suspensiones delantera y trasera se han modificado y adaptado para este fin de semana y el ala trasera también ha sido actualizada. El canadiense Stroll, undécimo, no ha mostrado un ritmo tan alto como el del asturiano, pero Fernando y Carlos están en un pañuelo con Verstappen y Leclerc. Norris, Hamilton y Pérez quedan un poco más atrás. 

Mañana, a las 16.00 horas, tendrá lugar la clasificación más importante de todo el año ya que en carrera es muy difícil adelantar y la posición de cada piloto en la parrilla de salida adquiere una relevancia mayor que en ningún otro Gran Premio. Las expectativas para los dos pilotos españoles son muy altas tras lo visto en un viernes realmente ilusionante.