Cualquier evento organizado en Estados Unidos tiene que ofrecer espectáculo. Y este llegó muy pronto en el circuito de Las Américas. Salía Leclerc en la pole, pero Norris mostró su ambición y concentración para superarle mientras rugían las gradas.
Sainz y Verstappen también ganaron posiciones, con el español muy cerca de adelantar a su compañero. A punto estuvieron de saltar chispas entre ambos si no llega a ser porque Carlos levantó el pie del acelerador.
Así se mantuvieron durante las primeras cinco vueltas, hasta que Hamilton y Max dieron buena cuenta de los dos Ferrari. El ritmo del Cavallino Rampante no daba para el podio. Por detrás, Alonso, que había salido del pit lane, se colocaba ¡11º! tras los diez primeros giros, aprovechando el movimiento que ya se apreciaba en boxes. La nueva configuración del Aston Martin, por fin, sí funcionaba.
Red Bull, más listo que Mercedes
Volviendo a los de delante, Verstappen, que andaba tercero, fue el primero en cambiar de neumáticos. Un undercut en toda regla lanzado a Hamilton que funcionó de maravilla porque Mercedes reaccionó muy tarde. Después entró Norris para proteger su primera posición. Para cuando todos refrescaron sus gomas, el más perjudicado, además de Lewis, fue Leclerc, el último en entrar y que salió sexto pero con duros. ¿Una sola parada para él? Demasiado riesgo, pero así fue.
Mientras Hamilton se quejaba a su equipo de la estrategia que le había hecho perder la segunda plaza, Verstappen incrementó el ritmo para, justo en el ecuador de la carrera, ponerse líder con una espectacular pasada a Norris.
La segunda ventana
A 20 vueltas del final, de nuevo se repitió el carrusel de pasos por boxes sin que hubiera grandes modificaciones en la clasificación. Max, que se quejaba de sus frenos y de que le hablaran mientras los usaba, mantenía más de dos segundos de ventaja sobre Norris y más de cinco sobre Hamilton.
Leclerc, cuarto, juraba en arameo con su única parada y sus gomas en las lonas. Lo más sorprendente, que Alonso estaba noveno y con calzado más fresco que el octavo, Gasly. Pero, justo entonces, informó a los suyos de un fallo en la suspensión trasera y tuvo que retirarse. Qué lástima con el carrerón que se estaba marcando.
Ajeno a ello, por delante, Hamilton superó a Norris y Sainz hizo lo propio con Leclerc. El monegasco, molesto por la orden de Ferrari de dejar pasar sin pelear a su compañero a pesar de la evidente diferencia de ritmo, se quejó por radio. El español, a cinco vueltas para el final, se lanzó a por el podio, pero estaba demasiado lejos y se tuvo que conformar con ser cuarto.
El triunfo, más apretado que nunca, cayó del lado de Verstappen con poco más de dos segundos de diferencia respecto a su enemigo íntimo, un Hamilton que lo intentó con todo, pero al que le faltó, quizás, una vuelta para cazar al neerlandés e impedir su victoria 50 -la 15ª en 2023-. Otro día será.