Las terceras y últimas jornadas en las fases de grupos de los Mundiales suelen deparar multitud de finales anticipadas para los distintos equipos. La del Grupo D tenía como protagonistas a las selecciones de Australia y de Dinamarca. Mientras que los nórdicos debían salir a ganar sí o sí y que Túnez no hiciera lo propio aprovechándose del día de descanso de un combinado galo ya clasificado, los Socceroos no tenían tantas urgencias y les valía el empate (y que, de nuevo, los norteafricanos no ganaran su partido), aunque una victoria no les haría depender de nadie y es lo que acabaron logrando.
Motivada por esta situación previa, Dinamarca salió a por todas en el estadio Al Janoub de Al Wakrah. Las palabras de su seleccionador Kasper Hjulmand en la previa afirmando que los suyos tenían “la esperanza de pasar a octavos” se notaron en el notable desempeño de los futbolistas daneses desde el inicio. A su favor estaba la historia, puesto que en la pasada Eurocopa de 2021 llegaron a su último partido de la fase de grupos con esta misma situación de tener que ganar para seguir vivos, y el triunfo les dio tanta confianza que se acabaron colando en semifinales. Pero no siempre sale bien eso de dejar los deberes sin hacer hasta última hora.
Australia, con las ideas claras
Por su parte, Australia se dedicó a esperar agazapada a poder tener su oportunidad cuando llegara el debido momento. Aunque les costó, porque no tardó Jensen en hacer trabajar a Ryan con un potente disparo. El asedio danés fue total, con llegadas de todos los colores por ambas bandas, a balón parado… Los de Hjulmand hicieron una buena primera parte, en especial durante la primera media hora, aunque sin acierto en el pase o en el disparo final.
Como a lo largo de todo el Mundial, los Aussies lo tenían claro. Juego directo, con pocos pases (dieron la mitad que sus adversarios en la primera parte) y mucha velocidad. Al ver que sus rivales comenzaron a bajar el pistón tanto a nivel físico como en el apartado futbolístico, se comenzaron a animar para avisar a Dinamarca de que también tenían las suficientes armas para poder dar un susto, aunque la falta de una necesidad imperante por conseguir los tres puntos les hizo conformarse con el empate sin goles al descanso.
Al combate nulo que se vivió en los primeros 45 minutos solo le podía animar lo que sucediera en el Túnez-Francia que se estaba disputando a la misma hora, habida cuenta de que Australia se estaba defendiendo de una manera magistral y que una Dinamarca desesperada había perdido el ímpetu inicial.
Leckie respondió pronto al gol de Túnez
No se hable más. Si se siguieran utilizando hoy en día, habría sido una “tarde de transistores” en el Al Janoub. En el minuto 58 del patido entre galos y africanos, Khazri adelantó a estos últimos, lo que les clasificaba momentáneamente para octavos y dejaba fuera del Mundial a nuestros dos protagonistas. Pues no pasaron ni dos minutos, en el 60 del partido que nos concierne, cuando los oceánicos demostraron tener una marcha de más preparada para cuando fuera menester. En una nueva acción de fútbol vertical, McGree vio el desmarque de su compañero Mathew Leckie (31) desde su propio campo. El jugador del Melbourne City volvió loco con sus fintas a Maehle y se sacó un disparo raso al llegar al área que entró pegado al palo para volver a poner a Australia como segunda de grupo.
Ante esta situación, a los nórdicos les hacían falta dos goles para poder soñar con estar en la siguiente ronda, pero siempre que lo intentaban, se topaban con un muro de camisetas amarillas ante el que les fue imposible encontrar un hueco. Y cuando creyeron encontrarlo, en forma de un penalti por agarrón a Dolberg que había señalado el árbitro argelino Mustapha Ghorbal, su asistente le avisó de que había un fuera de juego previo, con lo que fue uno de esos días en los que todo sale mal.
Con la clasificación ya imposible, los europeos podrían haberles hecho un último favor a los tunecinos, ya que con el gol del empate habrían eliminado a los “canguros” aunque a ellos no les hubiera servido de nada y los africanos habrían acompañado a Francia a los octavos. Esta situación se notó en el tiempo añadido, quizá el único momento de zozobra de los Aussies en todo el partido, pero ni la subida a la desesperada del portero danés Kasper Schmeichel a rematar un córner cuando el encuentro agonizaba hizo que la Gran Barrera de Coral fuera superada y los de Oceanía, que han logrado en Catar las mismas victorias (dos) que en toda su historia en los Mundiales, se metieron entre los 16 mejores países en Catar, donde se medirán al primer clasificado del Grupo C.
Jugador Flashscore del partido: Leckie.
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