El futuro de Mick Schumacher, una incógnita que ni él mismo puede descifrar
“De dónde viene el ser humano todos lo sabemos, a donde quiere llegar pocos lo conocen”, decía Kant. Mich Schumacher sabe de donde viene. Es el heredero de una dinastía. Su apellido significa éxito, gloria. Por sus venas circula la sangre de un piloto innato.
Schumacher es conocedor de su origen pero su futuro, en cambio, pende de un hilo. ¿A dónde quiere llegar?, quizás, ni él lo conoce. A sus 23 años, el alemán sólo tiene un elemento claro. La etapa con Haas está finalizada. La escudería anunció que Nico Hulkenberg le sustituirá en la próxima campaña.
Con el título de Marx Vertsappen consumado, la expectativa por el cierre de la temporada de la Fórmula 1 era leve. La definición, sin embargo, generó el impulso contrario. Las imagenes que arrojó el Gran Premio de Brasil fueron fantásticas. Poco previsibles. Extenuantes.
En este punto, los pilotos corren por honor. Las necesidades son un segundo punto. El orgullo. El impulso de escalar y de observar al neerlandés. La motivación de tumbar la hegemonía de Red Bull.
El GP de Brasil fue un condimento lleno de emoción y, ahora, el turno es para el GP de Abu Dhabi. El gigante sudamericano se transformó en una oportunidad. En un punto de quiebre. En un envión motivacional. La prueba de Oriente Próximo, en contraste, recoge una sóla sensación: la despedida.
El cierre de la temporada está a la vuelta de la esquina. Con el llegarán las sentencias de los pilotos que, con la campaña definida, terminarán sus respectivos contratos. Mick Schumacher es, precisamente, uno de esos corredores que cerrarán el año con un vínculo roto.
La unión entre Haas y el alemán encuentra una palabra exacta: desgaste. Los constantes errores del joven piloto desembocaron un malestar profundo en la escudería, que prefirió no extender el contrato del deportista.
Decepción y malestar
"Ésta va a ser mi última carrera con Haas F1 Team. No quiero esconder el hecho de que estoy muy decepcionado por la decisión de no renovación de mi contrato. Sin embargo, me gustaría dar las gracias tanto a Haas como a Ferrari por darme esta oportunidad. Estos años juntos me han ayudado a madurar tanto técnica como personalmente", dijo Schumacher.
A pesar de la dificultad de las circunstancias, Schumacher mantiene su amor fiel por la Fórmula 1. Desde su infancia se vio rodeado de los neumáticos, los autos y la velocidad de las pistas. El corredor exige, en ese contexto, un espacio en la competición.
"Y, sobre todo, cuando las cosas se vuelven difíciles, me he dado cuenta de cuanto amo este deporte. Fue irregular a veces, pero mejoré continuamente. Aprendí mucho y ahora sé, seguro,que merezco un lugar en Fórmula 1. El asunto no está ni mucho menos cerrado para mí. Los reveses sólo te hacen más fuerte. Mi fuego arde por la Fórmula 1 y lucharé duro para volver a la parrilla de salida", añadió.
Mich Schumacher transita en una etapa compleja de su carrera. El alemán lleva en sus hombros el peso de un apellido histórico en la Fórmula 1. Es su pasado. El hoy del teutón es triste, iracundo. El futuro, por su lado, devenga una respuesta inestable que, tarde o tremprano, confrontará cara a cara al hijo del siete veces campeón y le impulsará a crear una incógnita: ¿Hacia dónde va?.