Frente a un equipo que concedió cinco goles al Celta de Vigo y cuatro al Benfica, se esperaba que los parisinos ofrecieran un buen espectáculo ofensivo. Sin embargo, el resultado final fue bien distinto, ya que ambos equipos empataron sin goles (0-0) en el estadio Nagai de Osaka.

Sí, el París Saint-Germain sigue necesitando algunos fichajes más, entre ellos un auténtico 9 que remate arriba -quizá Harry Kane, quién sabe-. Pero, a pesar de todo, hay algunas cosas positivas que destacar, como la idea táctica que va a implantar Luis Enrique.

Su 4-3-3 sobre el papel se transformó desde los primeros toques de balón en un sistema con tres defensas, con el objetivo de tener el mayor número posible de jugadores en posesión en campo contrario.

Lucas Hernández, el lateral izquierdo en la primera parte, y Manuel Ugarte, el lateral derecho en la segunda parte tras los cambios, aportaron el equilibrio en la retaguardia, permitiendo al París jugar con una línea de tres. En cuanto a Hakimi y luego Bernat, se integraron en la formación ofensiva de su equipo.

El PSG pasó entonces al sistema 3-2-4-1. ¿Por qué? Para asegurar la máxima posesión en campo contrario y tener a mano el mayor número posible de jugadores cuando perdieran el balón para recuperarlo.

Noha Lemina, joven extremo izquierdo formado en el club, cuajó una gran actuación, mostrando una alta velocidad y percusión y jugando todo el partido. Incluso pudo haber abierto el marcador en el minuto 21, tras un excelente pase de Zaire-Emery, pero no acertó.

El París estuvo cerca justo antes del descanso (40'), cuando Cristiano Ronaldo disparó con la derecha. Pero su intento permitió a Donnarumma realizar una excelente parada.

El París se enfrentará al Cerezo Osaka este viernes a las 12:20 en su segundo amistoso de la gira por Japón.

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