Antoine Griezmann, indispensable en su 80º partido consecutivo con Les Bleus
Grizou está estableciendo un récord que será muy difícil de batir. La segunda racha más larga de apariciones con la selección francesa se remonta a Patrick Vieira, con 44 partidos entre 1999 y 2002.
"Es un orgullo inmenso", confiesa el pilar de Didier Deschamps. "Cuando me acerqué a las cifras de Patrick Vieira, ése era más o menos el objetivo. Vimos que mi salud siguió y sigue siguiendo, que la confianza del entrenador y mi nivel de partidos también siguieron... Voy a intentar seguir llevando este récord lo más lejos posible".
"También voy a intentar ayudar al equipo y a mis compañeros en todo lo que pueda", añade el jugador, apreciado tanto por el seleccionador como por Diego Simeone, su entrenador en el Atlético de Madrid, por su espíritu de equipo y su respaldo defensivo. Contra Irlanda, incluso vio una tarjeta amarilla al final del partido por una entrada, aunque Francia había ganado cómodamente (2-0).
Griezmann inició esta serie el 31 de agosto de 2017 con una victoria por 4-0 ante Holanda, en la que abrió el marcador. Desde entonces, el seleccionador no ha vuelto a jugar un partido sin el jugador al que suele calificar como su "niño mimado".
"Lo puede todo"
Ha jugado 122 partidos de 126 posibles con la selección francesa desde su primera convocatoria, el 5 de marzo de 2014 contra Holanda (2-0).
Como mediapunta, delantero, o incluso en un nuevo rol de centrocampista de creación como en el Mundial , Griezmann siempre está en los planes de Deschamps. "Antoine es un centrocampista polivalente que suele ser ofensivo", declaró el seleccionador cuando se le preguntó por la inclusión del rojiblanco en la columna de "delanteros" de su lista. "Puede hacer de todo, por eso no lo puse en la columna de los defensas... Con su club juega principalmente como segundo delantero, aunque coge bastante el balón".
En Catar "fue un poco complicado verme en esa posición, hacer rápidamente el cambio entre mi posición en el Atlético y aquí. Puede que durara uno o dos partidos, pero ahora lo tengo bien claro", explica Grizi. "Después, juegue en el centro del campo o en la delantera, voy a darlo todo, sé lo que tengo que hacer", añade.
También sabe lo que tiene que hacer contra Alemania, el equipo al que más veces se ha enfrentado con los Bleus -siete veces-, igualado con Holanda, a la que también se enfrentará por octava vez en octubre, en la siguiente fase de clasificación para la Eurocopa 2024 si prolonga su racha.
Dos dobletes contra Alemania
Aunque acabó llorando la primera vez, eliminado en cuartos del Mundial 2014 (1-0), Griezmann no ha vuelto a perder contra los germanos. Su doblete en la semifinal de la Eurocopa 2016 en Marsella (2-0) ha pasado a la leyenda de la selección francesa. Marcó dos goles más contra la Mannschaft en la Nations League de 2018 (2-1).
Con este historial positivo, y su estado de forma actual, Grizou tiene muchos motivos para preocupar a los alemanes, que han perdido cuatro de sus últimos cinco partidos, acaban de caer estrepitosamente en casa ante Japón (1-4) y han despedido a su entrenador, Hansi Flick. Relajado, el campeón del mundo de 2018 incluso ha digerido bien el hecho de que el brazalete haya sido confiado a Kylian Mbappé, cuando él podría haberlo reclamado con veteranía.
Griezmann es tan indispensable que incluso sueña con seguir vistiendo la camiseta azulgrana en los Juegos Olímpicos de París, entre los tres jugadores sub23 que podrían ser invitados. "Ya lo he dicho abiertamente, lo dije en el vestuario en Madrid, y lo diré aquí: es un sueño para mí. Habrá tres afortunados, el resto estará frente al televisor". A los Bleus les vendría bien un poco de inspiración de su vicecapitán...