La temida Inglaterra fue incapaz de ver portería ante Eslovenia, aunque el resultado gafas y los cuatro puntos que ya tenían le permiten avanzar como líder de un grupo equilibradísimo. Ni Harry Kane ni Jude Bellingham ni Bukayo Saka fueron capaces de romper el cerrojo de Jan Oblak, el jugador con mayor cartel de una selección que ha hecho historia.

Si uno observa el plantel de los Three Lions, puede ver que tienen un sinfín de herramientas para derrotar a cualquier rival. Pero falta algo, un elemento diferencial: algo así como un Toni Kroos. No hay copias ni imitaciones posibles ante un maestro del balón, ese catedrático del pase que (casi) nunca comete errores. Una pierna suya, la derecha a poder ser, bastaría...

Otro problema es la posición de Bellingham, protagonista en el estreno. Su final de temporada ha dejado muchas dudas por el apartado físico y el rol que tiene en el combinado nacional, escorado hacia la izquierda, es una traba más para el ex del Dortmund. Su falta de frescura sí la aporta, por cierto, el eléctrico Kobbie Mainoo.

El margen de mejora es muy amplio de cara a octavos, ronda en la cual se enfrentarán a un rival que debe ser asequible. Está por ver, además, si Southgate consigue resolver la cuestión del doble pivote: Alexander-Arnold no funcionó en los dos primeros partidos y Conor Gallagher, el recambio, lo hizo aún peor este martes.