Durante todo el mes en Alemania, España ha sido el equipo a batir, jugando el mejor fútbol en su camino hacia el éxito, y rindiendo a la altura de las expectativas en la final, lo que le llevó hasta la gloria.
Camino a la final
Desde su primera victoria contra Croacia, en la primera jornada, los españoles, liderados por la joven sensación Lamine Yamal y por Nico Williams, del Athletic de Bilbao, desplegaron un fútbol ofensivo y directo, al tiempo que controlaron el centro del campo a través de Rodri. Un estilo de juego diferente al tiki-taka de 2008 y 2012, pero no por ello menos eficaz.
Con ese estilo, firmaron el pleno en el Grupo B, el de la muerte, en el que fueron primeros gracias a sus victorias sobre Croacia y Albania, mientras que el 1-0 ante Italia les permitió alcanzar la racha perfecta.
Con el primer puesto de su grupo garantizado, se enfrentó a Georgia en octavos de final. Una de las sorpresas de la fase de grupos dio un susto a los españoles en los primeros compases, pero España se impuso cómodamente por 4-1.
En comparación con la otra finalista, Inglaterra, los españoles tuvieron el lado más difícil del sorteo, y su duelo de cuartos de final contra la anfitriona Alemania fue su mayor prueba hasta la fecha. Se adelantaron en el marcador por mediación de Dani Olmo, antes de que Florian Wirtz les pusiera en apuros por primera vez en la competición con su gol del empate justo antes del final. Pero, como España siguió demostrando, es un equipo hecho a base de resistencia, y después de que Mikel Merino saliera del banquillo para marcar de cabeza el gol de la victoria en la prórroga, sus compañeros demostraron que estaban preparados para cualquier lucha.
El siguiente rival en semifinales fue Francia. A pesar de ir por detrás en el marcador, La Roja se rehizo rápidamente, y el gol de Yamal, unido a los deslumbrantes toques de Olmo para preparar su remate, les permitió ponerse por delante en el minuto 25. Ya no abandonaron esa posición en ningún momento. El domingo, contra Inglaterra, hicieron honor a su nombre y se adjudicaron el Trofeo Henri Delaunay.
Juventud y exuberancia para España
Antes del torneo, De La Fuente se preguntaba cómo utilizaría a sus dos jóvenes promesas, Yamal y Williams. Ninguno había sido probado a este nivel de competición, especialmente el joven barcelonista, que hace apenas un día cumplió 17 años.
Pero su fe en la juventud ha dado sus frutos: Yamal marcó posiblemente el gol del torneo, y Williams ganándose el derecho a ser elegido mejor jugador del torneo junto a su 'hermano' adolescente.
En España no pararán de celebrarlo durante toda la noche, y tienen mucho de lo que enorgullecerse, con un equipo construido sobre bases sólidas que, con jugadores tan jóvenes, debería ser una fuerza a tener en cuenta en los años venideros.
Inglaterra vuelve a quedarse corta
Tres años después de la angustiosa tanda de penaltis contra Italia en Wembley en la final de la Eurocopa 2020, un sentimiento similar habrá invadido la nación el domingo tras la derrota contra España.
Inglaterra, bajo la dirección de Gareth Southgate, se ha acostumbrado a meterse de lleno en los torneos, pero, hasta ahora, ha sido incapaz de rematar la faena.
En este evento, sin embargo, su fútbol ha sido, en gran medida, deslucido y, en ocasiones, incluso tortuoso de ver.
Pero, a medida que avanzaban, mejoraron con más fluidez y más astucia táctica desde el banquillo, lo que les permitió superar a rivales complicados, Suiza y Países Bajos, y llegar a su segunda final consecutiva de la Eurocopa.
Bajo la batuta de Southgate, han sido un equipo temible. Sin embargo, esa misma sensación de hundimiento persiste mientras otro título se escapa de las manos de Inglaterra.