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La contracrónica del Suiza-Italia: Una deplorable campeona, un gran Donnarumma

César Suárez
Donnarumma, salvando el mano a mano con Embolo
Donnarumma, salvando el mano a mano con EmboloAFP
La campeona ya está camino de su casa. Porca miseria, dirán algunos. Otros, más suaves, pensarán aquello de quién la ha visto y quién la ve. Porque esta Italia fue paupérrima, por momentos deplorables, exenta de calidad. Vamos, que si no es por Donnarumma, ya se habrían quedado fuera antes del descanso.

CENTRO DE DATOS DEL SUIZA-ITALIA

Italia le debe un monumento a Donnarumma

El Gigi del PSG no es el Gigi que se pone la camiseta de su país. Este es más gigante, más fuerte, más estiloso. Y, por supuesto, para mucho más. Ya fue clave para ganar la Euro anterior. Ante Suiza, en la primera mitad salvó dos goles cantados a Embolo y a Rieder. Si no es por él, Italia se habría quedado fuera mucho antes. 

Una generación sin talento

Pueden vestir Armani, pueden cambiar de sastre, pero lo que no pueden es cambiar de golpe una generación de futbolistas carentes de talento. Que haya habido que repatriar nuevamente a El Shaarawy, que nunca llegó a ser quien apuntaba ser, es la señal clara de que de donde no hay no se puede sacar. Quien haya visto jugar a Roberto Baggio, Zola, Del Piero... se está tirando de los pelos ante semejante aberración futbolística de la que no se libra ni Spalletti.

¿Pero no estaban todos lesionados?

Pues arrastraban los suizos varios problemas físicos. O eso decían los días previos. En cuanto la pelota echó a rodar, todos esas molestias desaparecieron de un plumazo. Los cuidados de la Cruz Roja, ya sabéis. Fue tal la superioridad que algún italiano con sorna decía al descanso que "menos mal que estaban fastidiados, que si no...".