La máquina alemana sigue engrasada (2-0)

César Suárez

Alemania, con menos brillante que en la jornada inaugural, ya está en octavos de final de manera virtual después de ganar a Hungría en la segunda jornada del grupo A. Musiala, en la primera mitad, y Gündogan, en la segunda, fueron los goleadores del 2-0 que le ha dado el billete virtual a octavos de final.

CENTRO DE DATOS DEL ALEMANIA-HUNGRÍA

Se las prometían muy felices los alemanes ante Hungría tras su exhibición ante los escoceses. Sólo el debate en la portería había enturbiado un poco el ambiente. Por suerte para Neuer, para Nagelsman, y para todos los anfitriones, esta controversia ya no tiene razón de ser. El veterano meta intervino a los pocos segundos para salvar el gol de Sallai y callar a sus detractores. Susto y de los grandes para empezar.

Esto espoleó el plan magiar, con muy buena colocación en el campo y dispuesto a sacar tajada de alguna contra o balón parado. Sin embargo, a pesar de su buen hacer defensivo no pudo evitar, primero, que Havertz demostrara más hambre que Orbán para plantarse ante Gulácsi. El paradón del portero fue incluso mejor que el de su colega rival minutos antes. Pero no pudo hacer nada cuando Gündogan también ganó la lucha por un balón suelto en el área pequeña al propio Orbán y asistió a Musiala, que no perdonó.

Era el minuto 21 y aunque pidieron falta los húngaros, el gol subió al marcador. La respuesta deportiva llegó en un lanzamiento brutal de Szoboszlai al que respondió aún mejor Neuer. Pero la suficiencia de querer atrapar el balón en vez de rechazarlo, como le ocurrió en la final de la Champions, casi le cuesta un disgusto. Bolla cogió el rechace, pero de nuevo se hizo enorme Manuel para impedir el empate.

Una igualada que casi llegó al filo del descanso, aunque de manera ilegal. El remate de Sallai, tras otra buena acción de Neuer, entró, pero estaba en fuera de juego. Su gozo en un pozo y los germanos que se marcharon sabiendo que aún quedaba trabajo por hacer.

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Posesión, posesión... y por fin gol

Tiene Alemania la obsesión de tener la bola y de moverla al son que marca Toni Kroos. Como para decirle que no al metrónomo. Pero a veces, cuando los jugadores que se mueven entre líneas, como Wirtz o Havertz, no aparecen, es complicado sacar la chistera de los pases. En estos casos, la paciencia es una virtud que hay que sacar a pasear. Y tras 20 minutos tocando, y cierta inquietud por un testarazo de Varga, llegó el premio del 2-0 en una buena acción colectiva que mandó a la red Gündogan.

Racanería húngara

Hungría optó por mantenerse resguardada, sin arriesgarse a un campo abierto en el que posiblemente fuera aún más castigada. Pero en el fútbol se trata de ganar, y si pierdes por dos goles y ni te acercas al área contraria, apaga y vámonos. Pues eso, los alemanes siguieron jugando a placer, moviendo la bola y asegurando un triunfo que les mantiene entre los grandes candidatos de su Eurocopa.