Fútbol con violines

Lejos quedan los días en que Austria encandilaba al mundo del fútbol con su Wunderteam liderado por el incomparable Papierene (hombre de papel), Matthias Sindelar, a quien el régimen nazi robó de los terrenos de juego enviándolo a campos de concentración al negarse a jugar con Alemania.

En los años 30, Hugo Meisl había convertido a los austriacos en una máquina de aplastar basada en el ataque y la velocidad, predecesora del 'Fútbol Total' holandés, antes de la tragedia que los dejó con una sola Copa Internacional (ahora Europea) en su haber en 1932.

Casi un siglo después, es justo decir que Ralf Rangnick se inspiró en los mejores logros del país cuando tomó el relevo como seleccionador de Franco Foda, que se estrelló contra Gales en el Mundial de 2022. A pesar de un comienzo prometedor con una victoria por 0-3 en casa contra Croacia, le siguió un descenso a los infiernos con cuatro derrotas y un empate en el Grupo A de la Nations League 2022.

Pero la paciencia es una virtud... Desde entonces, en 19 partidos disputados (incluidos los de preparación), han ganado 14, empatado tres y perdido dos, uno contra Bélgica y otro contra Francia en la primera jornada de la Eurocopa, gracias a un desafortunado gol en propia puerta de Wober. No obstante, la orquesta dirigida por Rangnick se levantó de los escombros, cogió el violín y ofreció un espectáculo contra Polonia (1-3) y Países Bajos (2-3) para llevarse el primer puesto del Grupo D.

Con un estilo de juego que parece recordar al Wunderteam y que nos hace añorar lo que nunca experimentamos (parafraseando a Neymar), esta Austria vertical y colectiva no hará más que sorprender a los desatentos y tendrá grandes posibilidades de pasar a cuartos de final, ya que se enfrentará al 2º clasificado del Grupo F, es decir, al grupo de Portugal. Por lo que he visto hasta ahora, sólo Turquía podría detener a los 11 violinistas que tocan en memoria de Sindelar, el Mozart del fútbol.

La marea naranja hunde el barco de Veerman

Quizá sea justo decir que los aficionados holandeses están ganando la batalla fuera del campo con el espectáculo que montan antes de los partidos, pero en el terreno de juego... meh. Lejos de considerarlos aspirantes al título, lo cierto es que esta (des)Oranje cuenta con algunas individualidades de primer orden, sobre todo en defensa, además del desconcertante Xavi Simmons, Depay y Gakpo.

El apoyo es tan impactante que sin duda debe ejercer cierta presión sobre los jugadores, y sólo así se explica la terrible 'exhibición' de Veerman. Después de meter la mano donde no debía (comentado en los resúmenes de la tercera jornada), Koemann tuvo que enmendar su error retirando al centrocampista del PSV cuando sólo se habían disputado 35 minutos.

Es una mala sensación para cualquier jugador, y más cuando un compatriota e ídolo como Rafael van der Vaart lo dice en directo: "Me siento mal por Joey Veerman. Me alegré de que le sustituyeran porque era muy triste verle jugar".

Si el jugador ya estaba en el banquillo llorando, me imagino cuando llegue al vestuario y se lance a las redes sociales. Pero en fin, todos tenemos días así, aún recuerdo cuando apuntaba a Dinamarca como posible sorpresa en el Mundial 2022 y cayó con un solo punto en un grupo con Francia, Túnez y Australia. 

Tanda de penaltis con historia

El Francia-Polonia se presentaba como un partido bastante aburrido, con un favorito ya clasificado y una decepción ya eliminada, pero al final tenía muchos motivos de interés, empezando por la primera titularidad de Lewandowski en la competición y por el regreso de Mbappé. Ambos, con 10 años de diferencia en sus carnés de identidad, están unidos en el arte de marcar goles y batir récords, y este martes, juntos, hicieron historia. Pero ya llegaremos a eso.

Curiosamente, ninguno de los dos batió individualmente un récord en el juego, pero lograron registros notables y lo hicieron de la misma manera. En el caso de Mbappé, las cosas son más sencillas, ya que el penalti que transformó en el minuto 56 era el primer gol que marcaba en una Eurocopa. Es extraño que alguien como él no lo haya hecho hasta los 25 años.

Por su parte, el costoso pero certero disparo del polaco desde los once metros, además de ser un justo homenaje a la -aparente- despedida de los grandes escenarios internacionales de uno de los mejores delanteros de este siglo, le ayudó a mantener esa etiqueta. Lewandowski se convirtió en el tercer jugador que marca en cuatro Eurocopas distintas.

¿Quiere adivinar quiénes fueron los otros dos? Uno de ellos pertenece a una categoría propia, ya que ha marcado en cinco ediciones diferentes (pista: es portugués y dice SIIIIUUU). El otro se convirtió el lunes en el jugador de más edad en marcar en la competición, un tal Luka Modric que, como Lewa, tuvo una despedida poco gloriosa. Pero en cuanto a este último récord, espera un minuto y Tininho te alcanzará.

¡Prometí historia y no lo olvidé! ¿Qué tuvieron en común los goles de Mbappé y Lewandowski en el empate entre Polonia y Francia? Pues que, por primera vez desde la Eurocopa de 1992, el punto conseguido por los polacos significa que todos los equipos de la competición consiguieron marcar. Un logro notable, teniendo en cuenta que la edición sueca sólo contó con ocho equipos en la fase final y ésta con 24.

Sólo hay un Fernando Santos

Ya escribí aquí sobre este pseudocandidato inglés y las razones por las que desconfío de Southgate como hombre de éxito. Si al final de aquel primer partido aún estaba a tiempo de cambiar de opinión, ahora que ha terminado la fase de grupos estoy cada vez más convencido de lo que escribí.

El seleccionador inglés parece convencido de que la mejor manera de ganar esta Eurocopa es imitar lo que hizo Fernando Santos con Portugal en 2016, apostando por el conservadurismo y la fe. Sin embargo, a diferencia del exseleccionador luso, este no tiene carisma ni el equipo el vigor necesario para salir adelante en los momentos de apuro.

De cara a esta última jornada, los Tres Leones ya tenían garantizado el pase a octavos de final, lo que podría darles margen de maniobra y corregir lo que estuviera mal, además de dar moral y confianza a los más que capaces jugadores del banquillo.

En lugar de eso, optó por quitar a Trent Alexander-Arnold y poner a Connor Gallagher, como si ése fuera el problema. La elección fue tan buena que Mainoo entró en el descanso en lugar de Gallagher y el nivel mejoró, pero seguía siendo insípido.

Cole Palmer, la revelación y mejor jugador joven de la Premier League, volvió al banquillo después de no haber jugado ni un minuto en los dos primeros partidos. La prueba de confianza que recibió fueron 20 minutos para intentar inspirar a los que no les gusta el arte. ¿El resultado? Otro empate a cero muy poco inspirado que adormiló no sólo a los aficionados neutrales, sino también a los propios ingleses.

Como escribió mi colega César Suárez, de la redacción española de Flashscore, de inventar el fútbol a deshonrarlo hay un largo trecho. Es seguro decir que Southgate no tiene uñas para tocar esta guitarra portuguesa y al final fue tostado a la manera inglesa.

El extraño caso esloveno

En una jornada tan caótica e imprevisible como la de hoy -tengo que confesar que estaba esperando a que la UEFA me dijera cómo quedarían los terceros clasificados-, toda esta confusión acabó con al menos un beneficiado: Eslovenia.

El equipo de Oblak, Sesko y compañía confirmó su pase a la fase final de un gran torneo por primera vez en su historia y lo hizo con la curiosa estadística de no haber ganado ni un solo partido.