Creativo, con una pegada de primera y con una técnica a la hora de pasar la pelota envidiable. Toni Kroos (34) llegó al Bernabéu en 2014 después de ganar el Mundial con Alemania. En Múnich, la directiva decidió poner por encima de él a un joven Mario Gotze. En Madrid, Florentino Pérez pagó tan solo 25 millones de euros por un centrocampista que se ganó la titularidad desde un inicio, compartiendo el tridente medular con Luka Modric y James Rodríguez. 

Desde ese 2014, muchos centrocampistas han pasado por Chamartín. Casemiro e Isco tocaron la gloria. Kovacic, Odeegard o Lucas Silva no tuvieron la misma suerte. Illarramendi, Marcos Llorente, entre otros, pasaron por momentos complicados. 

Kroos, en cambio, siempre estuvo ahí. En total, ha disputado 463 partidos. Marcó 28 goles y entregó 100 asistencias. Ganó 22 títulos con el Real Madrid. 10 con el Bayern. Un Mundial con Alemania, selección con la que disputará la Eurocopa 2024 como su 'Last Dance'.

La herencia de Kroos en el Real Madrid va más allá de los títulos. El gran mérito del jugador es mantener su rendimiento durante una década. La tranquilidad. El no dar ningún escándalo. El mantener la calma en los momentos complicados, como ocurrió con Santiago Solari tras recibir cuatro goles del Ajax en el Santiago Bernabéu.

"El Real Madrid quiere expresar su agradecimiento y su cariño a Toni Kroos, un jugador que ya forma parte de la historia del Real Madrid y que es una de las grandes leyendas de nuestro club y del fútbol mundial", comunicó el club en sus redes sociales.