Con otro Rodri al mando, España sub21 se estrena goleando a Rumanía (0-3)

César Suárez

Álex Baena celebra el primer gol de España ante RumaníaProfimedia

La vida con los Rodri es más fácil para España. Si Rodrigo, el centrocampista del Manchester City, fue clave para la victoria de la absoluta en la Liga de las Naciones, otro Rodri, mediapunta del Betis, condujo a sus compañeros a una goleada por 0-3 ante Rumanía, la anfitriona, en el debut del Europeo sub21.

Supone un doble rango de dificultad debutar en un campeonato como este de la Euro sub21, y hacerlo ante la anfitriona, Rumanía en este caso. No es nada sencillo entre los nervios de ponerse en marcha y verse con el público, y también con un árbitro casero, en contra.

A la Rojita le costó ponerse en marcha. Dominó con el balón, algo habitual que va en el ADN, da igual la categoría, pero, del mismo modo que suele ocurrir con la absoluta, costaba un mundo llegar a la portería. Los rumanos se encerraron muy bien, con el autocar a cuestas, disciplinados a más no poder y renunciando a asomarse a los dominios de Arnau Tenas.

Sólo Rodri, el bético, era capaz de inventar, de generar cierto peligro. De sus botas surgió la mejor oportunidad, la que hasta una señora mayor con tacón de aguja y con los ojos vendados metería en la portería. Pero Abel Ruiz, incomprensiblemente, erró el remate a puerta vacía a medio metro de la línea de gol. Hubiera facilitado las cosas marcar al filo del descanso. Antes sólo se habían aproximado de lejos, pero sin forzar al portero rumano.

Revulsivo Víctor Gómez

La segunda mitad fue diferente. La entrada de Víctor Gómez por la derecha cambió el panorama ofensivo. Suyo fue el pase al centro del área donde entraba Álex Baena para empujar el balón a la red. Casi no tuvo ni que rematar sino dar un pase a la red para anotar el primero.

A partir de ahí, todo fue más fácil. No hubo que esperar mucho para que Abel Ruiz controlase de espaldas, se la dejara a Sergio Gómez y el del City, viendo con el rabillo del ojo la incorporación de Miranda, habilitase al bético para que marcara el segundo.

Rumanía ya estaba vencida, con el único objetivo de no salir goleada para que los males no fueran mayores. Tuvo el tercero Abel Ruiz, pero no era su día. Su disparo desde el punto de penalti lo desvió Popa y después de tocar la madera, el balón decidió no entrar.

Quien sí firmó el tercero fue Sergio Gómez. Ya en la penúltima acción del partido, sacó una falta al borde del área que tocó en la barrera para desviar la bola y pillar a contrapié al meta rumano.