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Ancelotti es el rey Midas: Carvajal y Tchouaméni se exhiben como centrales

César Suárez
Tchouaméni y Carvajal se complementaron para anular a Dovbyk y Tsygankov
Tchouaméni y Carvajal se complementaron para anular a Dovbyk y TsygankovGetty Images via AFP
Había muchas dudas antes del partido que el Real Madrid tenía que jugar ante el Girona después de quedarse sin Rüdiger y comparecer sin centrales natos. Pero Carvajal y Tchouaméni cumplieron de manera brillante, como si llevase jugando en el eje de la zaga toda su vida.

"Hemos batido el récord del mundo de bajas con cuatro centrales lesionados", dijo Ancelotti a la finalización del encuentro ante los catalanes. Pero en tiempos difíciles es donde aparecen soluciones inesperadas. Y como si se tratase del rey Midas, todo lo que toca el técnico italiano se convierte en oro para su equipo. 

Porque Carvajal y Tchouaméni no son centrales. Pero cualquiera lo diría después del nivel mostrado este sábado. El español, lateral derecho de toda la vida, fue el líder de la defensa. El que salía a los cruces, el que hacía coberturas, el que leía antes que nadie dónde iba a ir el pase para anticiparse. Y, además, como central izquierdo, un lugar donde nunca antes había jugado. 

A pesar de que se dice que los centrales han de ser altos, vivir por encima del 1,80, la realidad es que Carvajal, de 1,73 metros, enseñó que no es tan importante la altura -incluso ganó algunos saltos de cabeza- como la inteligencia para saber colocarse bien. Y en esas decisiones estuvo impecable. 

"No se le puede entrenar como central. Tchouameni estaba más cómodo como central por la derecha y él por la izquierda. Parecía que había jugado 400 partidos como central. No se le puede enseñar nada porque él lo tiene todo", destacó Ancelotti de él. 

Tchouaméni, a gran nivel

Igual que Tchouaméni. Aunque no le gusta retrasar su posición de medio centro, la realidad es que el francés tiene todas las cualidades para ser un gran central. No era fácil la tarea de anular a Dovbyk, pero al ucraniano ni se le vio por el Bernabéu. 

Su pulcra salida de balón fue un desahogo en momentos de presión y su fortaleza física un muro infranqueable para los delanteros de un Girona que se vio impotente ante la solvencia del reconvertido futbolista. 

"En emergencia puede jugar muy bien como central porque remata bien de cabeza y es tácticamente inteligente. Hay que saber cómo moverse tácticamente", dijo del galo su entrenador.

En todo caso, habrá que esperar para verles juntos de nuevo, pues Nacho volverá al equipo el martes y uno de los dos regresará a su rol natural.