Antonio Blanco se erige como la brújula del Alavés
Antonio Blanco (24) se encuentra inmiscuido en su segunda temporada completa como futbolista del Alavés y, a medida que transcurren los partidos, va creciendo en relevancia dentro de la plantilla albiazul. Prueba de ello es que figura como uno de los cuatro hombres que participaron en los primeros 10 compromisos oficiales del club en LaLiga 2024/25, junto a Sivera, Abqar y Kike García.
En la undécima jornada, arrastraba unas molestias y vio la derrota de los suyos (1-0) ante el Rayo Vallecano desde el banquillo por precaución. En total, acumula 586 minutos, el séptimo babazorro con más presencia sobre el terreno de juego.
La confianza de Luis García en el canterano del Real Madrid está sostenida sobre el despliegue físico que realiza el joven jugador cada vez que pisa el verde. Con 10,5 kilómetros recorridos de media por choque -uno más que los 9,5 de promedio de la competición-, es uno de los centrocampistas que más distancia cubre del campeonato español, por delante incluso de Bellingham (9,8), Valverde (9,8), Dani Olmo (9,8), Llorente (10,3), Sergio Gómez (10,2) o Tchouameni (10,2).
Ese sacrificio le otorga la posibilidad de barrer muchas de las acciones ofensivas de los rivales. De hecho, acumula 33 recuperaciones y ocho despejes hasta la fecha. En la faceta de robos, se impone a algunos referentes de LaLiga de la talla de Javi Guerra (24), Marc Casadó (30), Connor Gallagher (26), Jude Bellingham (28) o Rodrigo De Paul (27).
Visión de juego
Para un pivote del Alavés, lo expuesto anteriormente podría ser suficiente, pero Blanco también destaca en la construcción del juego alavesista. Acumula un 77,9% de acierto en el pase (204 de 262). Además, no le asusta mirar hacia delante, habiendo firmado ya 37 pases progresivos con un 74,6% de efectividad, por encima de Llorente (33), Brais Méndez (30), Luka Sucic (29) o Javi Guerra (22).
Con 10 puntos en 11 jornadas, el Alavés marcha en 16ª posición del campeonato nacional de Liga, pero con un mediocentro de la calidad del cordobés tiene motivos para pensar que las cosas irán a mejor.