El Atleti tumba a la Real Sociedad en un pulso con aroma a Champions (2-1)
Era el gran partido de la novena jornada de LaLiga EA Sports porque enfrentaba a dos equipos que compiten en la Champions. El vencedor tenía un interesante premio cortoplacista: llegar al parón de selecciones como cuarto clasificado. Más allá de eso, se trata de un encuentro que puede tener una gran trascendencia en el futuro, especialmente si acaban distanciados por escaso margen. Atlético de Madrid y Real Sociedad lo afrontaban tras sumar 13 de los últimos 15 puntos posibles.
La cita empezó a lo grande, con un gol anulado de Mario Hermoso en propia puerta a los 20 segundos de que empezara a rodar el balón. Qué arranque más fulgurante y qué forma más eficaz de amenazar al contrario. Aparte de esa prematura acción, el plantel comandado por Diego Pablo Simeone hizo como si nada hubiera ocurrido y, con Álvaro Morata tan activo como acostumbra, fue ganando terreno de forma progresiva.
Lino, tan bueno como la seda
Con más llegadas del conjunto local que del visitante, Samuel Lino aprovechó una asistencia espectacular de Koke Resurreción, que encontró los espacios a la espalda de Hamari Traoré, y se estrenó como colchonero allá por el minuto 21. El fútbol es un estado de ánimo, que dice Jorge Valdano, y Antoine Griezmann quiso dejarse llevar por una inercia positiva que bien pudo traducirse en el 2-0 más de una vez (él probó fortuna con una vaselina y, luego, con un disparo a ras de césped).
El Atleti estaba empleando una mayor intensidad, pero fue en una acción de estrategia, de esas en las que la cabeza manda sobre el apartado físico, cuando tuvo una de las ocasiones más claras para ampliar distancias en el marcador. La falta lateral siguió un guion inesperado y encontró en el centro a Rodrigo de Paul, cuyo exquisito tiro se estrelló con la madera. Mikel Oyarzabal, en la última antes del descanso, cabeceó desviado en la única buena jugada del errático Takefusa Kubo.
De la ilusión a la frustración
Justo tras el paso por vestuarios, Axel Witsel mandó el esférico al poste ante la inoperancia de Robin Le Normand, incapaz de despejar con contundencia. Pese a este inicio, que fue un espejismo, la Real dio un paso adelante. Oyarzabal lideró a los suyos en busca del empate: se estrelló con el palo tras un disparo fantástico desde la frontal y luego, en el 72', tuvo la puntería necesaria, en un mano a mano idílico ante Jan Oblak que llegó por una gran transición, y firmó así el 1-1.
Casi de la nada, los colchoneros recuperaron las fuerzas necesarias y se acercaron de nuevo a la portería de Álex Remiro por medio de Rodrigo Riquelme, uno de los revulsivos, tras un saque de banda muy efectivo. Ya con el descuento aproximándose, Carlos Fernández puso el brazo donde no debía, dentro del área, y condenó a los suyos con un penalti (los visitantes pidieron pena máxima por una mano anterior de Morata) que convirtió Griezmann para sentenciar a su exequipo.
Jugador Flashscore del partido: Koke Resurreción.
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