Las comparaciones son odiosas. En algunos momentos inecesarias. En el fútbol, sin embargo, suelen ser una herramienta de debate. De análisis. Las carreras de Cristiano Ronaldo y Lionel Messi siempre se han mirado frente a frente. Compartieron sus mejores momentos en LaLiga. El Madrid y el Barça, de igual manera, han tenido que sobreponerse a la marcha de sus dos más grandes estrellas de las últimas décadas. 

En Chamartín parecen haber olvidado a Cristiano Ronaldo. Sergio Ramos, primero, se encargó de ser el líder que condujo al Madrid de Zidane a ganar LaLiga del 2021. Un año más tarde, Karim Benzema, con Carlo Ancelotti en el banquillo, se puso el equipo al hombro y levantó la Liga de Campeones, en París. Ahora, entre Bellingham y Vinicius Jr se han repartido la dirección de la orquesta merengue para sumar una Champions más... y una Liga. 

Aunque Vinicius Jr se encuentra todavía a años luz de lo que fue Ronaldo para el Madrid, va por buen camino. Ha marcado en las dos finales de Champions que disputó. Mejoró su definición y, a base de velocidad, regate y potencia enloquece a las defensas contrarias. Es un candidato para el Balón de Oro. 

Contraste total

En Barcelona, la perspectiva es diferente. Messi se fue al PSG después de que Joan Laporta decidiera no renovar al jugador argentino. Desde ese entonces, a pesar de LaLiga ganada por Xavi en 2022 y de la Supercopa (en donde se goleó al Real Madrid) el cuadro blaugrana no ha encontrado a alguien que llene el espacio de Messi ni a un equipo que logre mantener la regularidad esperada en la élite. 

Ansu Fati, llamado a ser el relevo de Messi, tuvo que irse cedido al Brighton para encontrar ritmo. Vítor Roque busca una salida ante la falta de minutos. Memphis, Ferran, Raphinha, Joao Félix, han sido jugadores que han dado un rendimiento aceptable pero que han estado lejos del nivel necesario para recuperar la imagen del Barça a nivel internacional.