El pasado madridista de Quique Sánchez Flores
Porque su padre, Isidro Sánchez, fue jugador blanco durante cuatro temporadas, de 1961 a 1965, justo el año en el que nació el actual entrenador hispalense.
En ese tiempo trabó tal amistad con Alfredo di Stéfano que la Saeta Rubia fue el padrino del recién nacido Quique. Y su madrina fue la mujer de Santamaría, otro miembro de aquel mágico Real Madrid de los años 60. No hace falta recordar que su madre fue Carmen Flores, hermana de la faraona Lola Flores.
Cuando creció, siguió los pasos de su progenitor, debutando en el Valencia, donde jugó toda una década antes de firmar por el conjunto blanco, con el que ganó una Liga en su primer año. Tras la llegada de Capello, se marchó al Zaragoza y ahí colgó las botas tras un solo año de maño.
Su carrera como entrenador le llevó de vuelta al club del Bernabéu para dirigir durante tres años equipos de la cantera hasta que le llegó su primera oportunidad profesional con el Getafe. Ahora, este domingo 25 de febrero vuelve al coliseo blanco para intentar llevarse la victoria para su Sevilla.
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