La meritocracia de Ancelotti, de nuevo en juego
Porque si el vizcaíno ha llegado de urgencia es para sustituir a Courtois, y no sólo en la plantilla sino en el once titular. La confianza en Lunin no ha sido demasiada e incluso en el cuerpo técnico pensaban que, a estas alturas, no formaría parte de la plantilla. Pero está.
Y fue titular en San Mamés porque no había nadie más del primer equipo. Fue acompañado por Lucas Cañizares y Fran González en ese debut liguero. Estuvo firme y seguro, especialmente en las salidas, y se marchó de la Catedral con la portería imbatida.
Días después llegó Kepa, cedido por el Chelsea, y Ancelotti, en cuanto pudo, como gran gestor de vestuario que es, dijo que sería Lunin quien ocupase la meta ante el Almería. Se lo había ganado. Que después ya se vería. Y ante los andaluces, a pesar de encajar un gol, volvió a ser de los mejores, sacando un par de manos que evitaron un segundo tanto rival.
Por méritos deportivos, con el equipo ganando y él salvando algunos muebles, el ucraniano debería seguir jugando. Pero Kepa ha llegado para jugar, no para quedarse en el banquillo. Ahí está el quid de la cuestión. ¿Hará valer Ancelotti la meritocracia de los partidos o encontrará algún resquicio para justificar definitivamente la apuesta por el vasco?
El viernes, ante el Celta, saldremos de dudas.