Desde que diera el sí a Deco, Hansi Flick sabía que tenía que tirar de paciencia. Primero, debían comunicar a Xavi su despido. Y luego, cerrar su finiquito para no ensuciar aún más la imagen del club con su leyenda. Una vez dados estos pasos, el club catalán ha hecho oficial el fichaje del germano. 

Serán dos temporadas, a razón de unos tres millones de euros netos de salario más incentivos por títulos conseguidos. La Champions, por ejemplo, vale más que LaLiga. 

Esos dos serán los objetivos prioritarios para el Barcelona, donde el presidente y parte de la comisión deportiva, habían perdido la confianza en Xavi Hernández poco después de convencerle para que reculara en su decisión de abandonar la nave blaugrana. 

A partir de ahora, comienza la era Hansi Flick, quien se apoyará en sus primeras semanas, por aquello del idioma, en Ter Stegen, Gündogan y Lewandowski. Antes deberá lidiar con el tema de las salidas y de los posibles refuerzos, a sabiendas de que acudir al mercado en busca de estrellas es hartamente improbable. 

En todo caso, el flamante nuevo entrenador del Barça ha aceptado esa situación y considera, así se lo dijo a Deco, que con varios retoques, se puede luchar por todo para acabar con la hegemonía con la que amenaza el Real Madrid.