Pernía, en exclusiva: "Si Messi hubiera elegido jugar con España ya tendría dos Mundiales"
Su llegada a España, la pasión por el automovilismo, Messi y Argentina, la vida después del fútbol… Mariano Pernía no se deja ninguna pregunta por responder y demuestra que es un hombre enamorado de la vida y del deporte rey. Durante casi media hora de charla pudimos conocer a un tipo que ahora sueña con ser entrenador y seguir los pasos de Luis Aragonés. Una conversación imperdible con un tipo destinado a encontrar la felicidad en aquello que hace.
Pregunta: ¿Cómo fue el cambio del fútbol a las carreras de coches?
Respuesta: Es una herencia. Mi padre hizo lo mismo. Fue futbolista profesional, jugó en Boca y en la selección argentina. Después de eso, se puso a correr en autos y nosotros nos criamos con mi padre en las carreras. Lo vivimos desde muy chiquitos y nos encanta. De hecho mi hermano, mientras yo jugaba al fútbol, también corría en coches y, a día de hoy, corre y es uno de los referentes acá en Argentina.
El automovilismo en Argentina es el segundo deporte. Es como las motos en España, tienen mucha popularidad.
P: ¿Cómo fue tu llegada para jugar en España a principios de los 2000?
R: Salimos campeones acá con Independiente y voy para el Recreativo de Huelva, un equipo muy, muy modesto de la Primera División, en el mercado de invierno. Ya había pasado casi media temporada y tenían sólo nueve puntos, pero cuando llegó la oportunidad me lo hicieron saber y no lo dudé ni un instante. Siempre soñaba con dar el salto a Europa y, en ese momento, la Liga española era sin duda la más fuerte. La inglesa estaba empezando a ser fuerte y estaban España e Italia ahí. Por lo menos en Argentina se veían la liga italiana y la española por encima de las demás, porque iban muchos argentinos a las dos.
P: En la temporada 2005/06 metiste 10 goles jugando de defensa, ¿qué hiciste para alcanzar ese nivel?
R: Con el Recre terminamos en Segunda y después de un año y medio me salió la oportunidad de ir al Getafe. No lo dudé tampoco, porque estaba en Madrid y era volver a Primera División. Era una vidriera enorme. Siempre, los equipos que están en la capital y en las ciudades grandes, acompañados de equipos como el Atlético de Madrid y el Real Madrid, o el Barcelona y el Espanyol en Barcelona, son más vidriera, porque la gente va a ver partidos (de los grandes) y de paso va a ver al equipo de la zona. No lo dudé tampoco y se dio todo.
Fueron muy buenas temporadas, porque me agarró ya afianzado, con un año y medio de experiencia conociendo la Liga, a los 27 años, que es la mejor edad del futbolista porque físicamente sigues estando como a los 20 o mejor, y encima con experiencia, con muchos partidos encima. A nivel personal, había nacido mi primera niña y estaba muy afianzado también emocionalmente. Se juntó todo eso acompañado de un gran equipo. Teníamos un equipazo esas dos temporadas, lo hicimos realmente muy bien, y a mi en lo personal me salían todas.
P: Se te abrieron las puertas del Mundial de Alemania. ¿Esperaba el Pernía que llegó al Recre en 2003 jugar un Mundial con España?
R: ¡Para nada! Yo soy de ponerme objetivos de no muy largo plazo, porque si después no los cumples te puedes bajonear. Entonces, me fui poniendo metas muy alcanzables: debutar en Primera División, después poder sostenerme, una vez en Primera, y ya más firme, tratar en lo grupal de lograr un campeonato. Lo fui logrando todo.
Sí tenía ganas de dar el salto a Europa, como todos los futbolistas de Argentina, pero no en ese momento que se me da la oportunidad. Fue un objetivo que no tenía en los planes inmediatamente, pero se dio. Una vez allí, fue volver a empezar.
Lo de la selección yo creo que, salvo que seas un jugador muy destacado desde que eres muy pequeño, dependes mucho del nivel que tengas en el equipo. La selección no viene porque tienes la oportunidad de ir porque te compran, a la selección van los jugadores que destacan un par de años en algún equipo y se les abre la posibilidad. Cuando empecé a destacar en el Getafe, yo había iniciado los trámites de nacionalidad y me salió justo unos días antes de la lista definitiva para el Mundial.
P: ¿Cómo viviste ese Mundial?
R: El Mundial fue impresionante. Lo que viví ahí fue inolvidable. Desde el momento en que llegué, llegas con muchas dudas porque eres extranjero y no sabes cómo va a reaccionar el plantel, tuve la suerte de que di con un plantel increíble donde la mayoría, el 80% de ese plantel, eran chicos que recién comenzaban sus carreras. Estaban Iniesta, Xavi, el mismo Puyol tenía 24 o 25 años creo. Después Iniesta tenía 21, Fábregas tenía 18…
Era una selección muy joven que, cuando mi hermano me preguntó para qué estábamos, le dije que sin duda podíamos ganar el Mundial tranquilamente. La única duda mía era cuando llegara el momento decisivo del Mundial, que era a partir de octavos o cuartos de final, donde las selecciones con experiencia marcan diferencias. Y fue tal cual: pasamos la primera rueda muy fácil, jugando muy bien, y cuando nos agarró Francia, que en la primera rueda había estado mal… Esa Francia tenía muchísima experiencia, más allá de toda la calidad que tenía. Después terminó llegando a la final y perdiéndola con Italia.
Está claro que los Mundiales los definen los detalles. Y en los detalles muchas veces, con experiencia, tienes una ventaja.
P: Después del mundial, llega el Atleti…
R: El 2006 es un año en el calendario que lo tengo marcado con un color flúor, porque se dio todo. Se dio el Mundial y, previo al Mundial yo ya había firmado con el Atlético de Madrid, en marzo del 2006. Terminé esa temporada con el Getafe y en junio ya me tenía que incorporar al Atlético de Madrid.
Fue espectacular. Fueron cuatro años inolvidables. Es cierto que llegué a un Atlético de Madrid que no era ni cerca de lo que es hoy en lo que son resultados y organización. Venía de años en los que hacía poco que había vuelto a ascender de Segunda a Primera, hacía 11 años que no se metían en competiciones europeas y es un grande de Europa. Recuerdo esa primera charla con Miguel Ángel Gil, que me dijo: 'la idea mía es volver a competir en Europa'. No me habló de campeonatos, me habló de que la idea de él era la de armar un plantel para volver a competir en Europa y, con el paso de los años compitiendo en Europa, obviamente ingresas más dinero y los cambios de futbolistas van a ser menores. En aquella época el Atlético de Madrid recuerdo que cambiaba 12 jugadores, 15 jugadores temporada a temporada y ese desorden no te da una estabilidad.
Lo logró. Ya el primer año clasificamos a la Europa League y los otros tres años clasificamos a Champions. Está claro que el plan estratégico de Miguel Ángel dio resultado, porque hoy el Atlético de Madrid es lo que es gracias a esas bases fuertes que hizo en el arranque manejando el club.
P: Te entrenó Luis Aragonés, ¿qué recuerdo tienes de él?
R: De Luis, los mejores. Es un poco mi referente. Yo hice el curso de entrenador y pronto me gustaría empezar a entrenar. Creo que me basaría mucho en cómo manejaba el los grupos y su manera de ver todo, no solamente la parte futbolística. Creo que para ser entrenador tienes que lograr lo que lograba él: hacerse amigo del futbolista sin que el futbolista se confunda de que él es el entrenador. Cada decisión que Luis tomaba, no había nadie en el grupo de futbolistas que pensase que no era la más correcta para ese partido en particular. Había cambios de un partido a otro y nadie decía '¡che! Pero yo jugué bien, no sé por qué me quitó del equipo’. Si Luis tomaba una decisión, lograba que ninguno se la discutiera y que todos estuviéramos contentos, hasta los que no jugaban. Muy pocos entrenadores lo logran.
P: ¿Transmitía el respeto de quien ha sido grande como jugador?
R: Lograba que lo respetaras muchísimo. Durante el entrenamiento no volaba una mosca. Era superprofesional todo, nadie hacía una broma. Pero terminaba el entrenamiento y el primero en hacer una broma o en estar riéndose con los jugadores era él. Había un ambiente terrible, espectacular.
P: Griezmann puede batirle como máximo goleador de la historia del Atlético…
R: Superarlo lo va a superar, porque le queda mucha carrera todavía y lo va a superar. Eso supondrá que el Atlético de Madrid ha metido un gol y, con los equipos del 'Cholo', sabemos que es difícil que encajen goles y seguramente ganemos 1-0.
P: Contra el Getafe se complicó…
R: Sí, lo vi. Fue un partido especial. Raro, extraño con la expulsión (de Savic). Igual, el resultado era medio mentiroso si bien el Atlético estaba ganando cómodamente. El Getafe había tenido sus ocasiones también.
P: Siempre cuentas que Messi te volvió loco en 2009 en la Copa del Rey. ¿Entonces ya estaba claro que llegaría la Copa del Mundo para él?
R: ¡Mirá! Es un deporte de equipo, entonces no estaba tan claro que podía llegar la Copa del Mundo. Si era por merecimiento personal debería haber llegado en el primer Mundial que jugó o en el segundo. Sin embargo ha tenido que esperar un montón. Ha perdido finales sin tener nada que ver con él. Cuando pierdes por penaltis, quizás él lo hace y lo erra un compañero.
Yo no tenía duda de que Leo iba a ser todo lo que fue, porque aparte lo conocía, no mucho, pero sí algo, personalmente y sabía de su fuerza mental. Es una persona con una fuerza mental terrible que no para de querer crecer y querer aprender, a pesar de que desde afuera, aparentemente, parece que lo sabe todo. Se fue perfeccionando año a año. En los inicios veías que, por ahí, le costaba un poco definir porque pateaba fuerte y después, al año siguiente, empezó a colocarla en un costadito y ya era goleador, aparte de asistidor. A los dos o tres años empezó a patear faltas, que no las tiraba. Fue sumando cosas, no se relajó en ningún momento sabiendo que era el mejor del mundo. Así llegó a ser lo que es hoy: el máximo de toda la historia.
P: Menos mal que ganó la Copa del Mundo… ¿En Argentina se le ha pegado mucho a Leo a lo largo de su carrera, verdad?
R: Acá en Argentina hubo una época en la que no merecíamos tener a Messi con la camiseta de Argentina porque se le criticaba mucho. Se llegó a pedir que no fuera al Mundial. Después del Mundial que se pierde por penales se pidió que Messi no fuera más y era una locura. Yo acá a todo el mundo le decía, 'si Messi hubiera elegido jugar con España ya tendría dos Mundiales'. Sin duda, el que ganó España (2010) con Messi lo hubiera ganado también y el siguiente lo hubiera ganado también, porque estaba Messi en el mejor momento. Esa era mi lectura: si Messi hubiese elegido jugar con España, hubiese ganado dos Mundiales en sus comienzos.
Me pareció una locura lo que estaba viviendo acá, pero volvemos a lo mismo: con su cabeza y esa personalidad que él tiene revirtió la situación. Hoy, te diría que si se postula a presidente gana por el 100%.
P: ¿Cómo te ayudó el automovilismo al dejar el fútbol?
R: Me ayudó mucho. Lo que hubiese extrañado muchísimo, y extraño muchísimo, es competir. En el fútbol, tú compites primero para ganarte un lugar el domingo y después el domingo para ganarle al rival. Hay una competencia continua. Te vas a la cama pensando en que mañana lo tienes que hacer bien para poder jugar el domingo. Luego, el día previo al partido estás con la cabeza puesta en hacerlo bien para tratar de ganarle al rival. Estás activo todos los días las 24 horas con esa competencia interna.
El automovilismo me tapo bastante, aunque es más relajado porque tienes una sola carrera al mes. Pero te mantiene activo el competir, el tener las ganas de levantarte a entrenar para un objetivo final, que es la carrera.
P: Tu hermano ganó el campeonato de TC 2000, triunfasteis por equipos y por marcas. Se puede decir que el negocio familiar va bien…
R: Sí, va bien, va bien… (entre risas) ¡Salimos campeones de todo! Mi hermano en lo de pilotos y después el equipo y marcas, los tres campeonatos nos quedamos. Y después compartimos varios podios juntos. Fue un año muy particular.
P: Para los menos habituales, ¿cómo funciona el campeonato en Argentina?
R: Como el de Fórmula 1. Si bien los coches no tienen nada que ver, son autos con techo, tipo a los de rally, pero corremos en pista. Los campeonatos son 12 carreras al año en la que se te da un puntaje de acuerdo a la posición que saliste de la competencia, y a final de año el que más puntos tiene salió campeón. Tiene un sólo punto el reglamento que dice que para salir campeón tienes que haber ganado una carrera de las 12.
P: Hace poco ganaste la liga de veteranos con el Tigre…
R: ¡Sí, el Senior +35!
P: En cierta manera sigues compitiendo en el fútbol…
R: Te diría que juego más que cuando lo hacía profesionalmente, porque estoy en cuatro equipos distintos y hay semanas en las que se me amontonan los partidos. Por ahí, de siete días jugué cinco partidos. Me encanta estar dentro de una cancha de fútbol. Obviamente si el nivel es mejor, mejor todavía, pero no me importa si es un fútbol entre amigos para pasarla bien y divertirnos. Estoy disfrutando muchísimo de entrar en una cancha de fútbol sin esa presión de tener que ganar o ganar.
El otro día, la final que jugamos con Tigre fue una final que me hizo recordar mucho a las viejas épocas porque se jugó con la mitad del estadio lleno, con la hinchada, con banderas… Volví a vivir un momento único que pensé que nunca más lo iba a vivir.
P: ¿Qué se siente al entrar a un estadio repleto de gente?
R: El otro día lo volví a vivir, como te dije. Ya me había olvidado un poco de lo que se sentía. Son unos nervios terribles. Ese gusanito acá en el estómago. Lo tienes que hacer bien, porque te están mirando todas esas personas que te exigen que lo hagas bien. Es una presión más grande que salir a jugar con amigos, obviamente. De ahí el tema de que hay futbolistas que tienen muchísimas condiciones, pero bajo esa presión no terminan de rendir. No es nada fácil. Fue un partido donde se hizo la arenga previa a salir al campo todos juntos en el vestuario, entrada en calor, que casi nunca la hacemos. Ese recibimiento de la gente de Tigres fue espectacular. Salir a una cancha así, con tanta gente, es único. Creo que a todos los que llegamos a jugar al fútbol profesionalmente es lo que termina motivándonos para estar siempre a tope. Es lo que extrañas cuando te vas, cuando lo dejas.
P: Si volvieras a empezar, qué elegirías, ¿fútbol o coches?
R: ¡Fútbol! (responde enérgicamente antes de que termine la pregunta) Fútbol, sin duda. El automovilismo me encanta. Es una pasión también, pero me siento mucho más confiado dentro de una cancha de fútbol que arriba de un auto de carreras.