Deportivo Alavés y Unión Deportiva Almería abrían el telón dominical con un partido, el único entre ambos en la élite, de los que suelen ser trascendentales por la permanencia. Todo se magnifica cuando llega la primavera, como si tuviera mucha más importancia respecto a lo que ocurre antes, pero la realidad es que se reparte el mismo premio en noviembre que en abril. Y acelerar el ritmo al final de una carrera de fondo como es LaLiga EA Sports, casi nunca sirve de cara a conseguir el objetivo.
Uno se siente más presionado cuando comparece ante su afición, especialmente si lleva un par de meses sin conocer la victoria, y eso hizo que el equipo local saliera con la actitud necesaria para ganar. Antonio Blanco, con dos ocasiones muy claras, se encargó de animar a una afición que respira fútbol y que ansía ver a su club asentado en la élite. Ya lo lograron antes de bajar a Segunda y esa es la prioridad a medio y largo plazo. Fácil, claro, no será.
Una pena máxima
El mediocentro criado en el Real Madrid tuvo poca puntería allá por el minuto 19 y se topó con Luis Maximiano, principal novedad en la alineación, en su segundo intento, esta vez desde la frontal del área. Entretanto, Gonzalo Melero inauguraba el tarjetero de Pulido Santana y compraba papeletas para ser reemplazado por Gaizka Garitano al descanso, como así fue (Adrían Embarba se encargó de ocupar su puesto tras el paso por vestuarios).
El Alavés, mucho más proactivo, volcó el juego por la izquierda, donde Javi López y Luis Rioja percutieron constantemente. El cotizado botín parecía llegar con el penalti de Juan Brandariz Chumi sobre Kike García, pero Ianis Hagi envió el balón a la grada en lugar de a la escuadra, como pretendía, y los vitorianos desperdiciaron una oportunidad ideal para ponerse por delante. Apenas faltaban unos segundos para que acabara el primer tiempo.
Sedlar, del cielo al infierno
El recíen ingresado Embarba hizo gala de su potencia y precisión con dos golpeos que inquietaron al meta local, mucho más exigido que cuando estaba en la otra portería. El cuadro indálico, que aún desconoce lo que es ganar, se acercó al gol gracias a un pase fantástico del argentino Lucas Robertone, que encontró libre a Sergio Arribas, indetectable para la zaga tras su sibilino desmarque de ruptura. El remate, algo forzado, se marchó lejos de los tres palos.
Las nubes copaban el cielo en Mendizorroza, pero el sol apareció con timidez cuando restaba menos de un cuarto de hora para el pitido final. Como si de una señal se tratase, Aleksandar Sedlar se iluminó entre tanto caos un rato antes de irse en camilla por una (quizá grave) lesión en la rodilla y convirtió el definitivo 1-0. Samu Omorodion trabajó en busca de la sentencia, dosis de tranquilidad que los albiazules, ahora con cinco puntos de margen sobre el descenso, recibieron cuando el colegiado dijo que ya no había tiempo para más. Los rojiblancos siguen colistas.
Jugador Flashscore del partido: Aleksandar Sedlar.
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