El Camp Nou vivió un día de fiesta en su cierre de la temporada que les ha vuelto a tener como campeones de LaLiga. Ganaron 3-0 al Mallorca con dos goles de Ansu Fati y otro de Gavi para regalar tres puntos a una afición que ha vuelto a disfrutar de títulos.

Sin embargo, el protagonismo se lo llevaron Sergio Busquets y Jordi Alba. Con sus salidas de la entidad en la que han sido leyendas ya confirmadas, Xavi aprovechó el duelo contra los baleares para regalarles su última gran ovación en casa.

El técnico catalán quiso brindarles un baño de masas personalizado sacándoles del campo por separado en la segunda mitad. Primero fue el turno del lateral izquierdo, que recibió una sonora ovación de la grada. Pocos minutos después le tocó pasar por lo mismo al centrocampista de Sabadell.

La fiesta alcanzó su apogeo tras el pitido final. Los títulos conquistados por el Barça este curso aparecieron sobre el terreno de juego y los compañeros mantearon delante de ellos tanto a Busquets como a Alba. Una despedida inmejorable para dos hombres que lo han sido todo en Barcelona.

Muy emocionados

Llegó el momento en que les dieron el turno de palabra a los dos protagonistas. El primero en tomarla fue Alba: "He tenido menos protagonismo del habitual, pero no me he sentido menos importante. He intentado ayudar a todos, compañeros, staff... a todos. Y me siento super orgulloso", reconoció entre lágrimas.

También se dirigió al compañero que le acompaña en la rampa de salida: "Ha sido un placer, un ejemplo para mi y para todos. He aprendido mucho de ti. Eres un fenómeno. Muchas gracias", le dijo a Busquets.

"Desde pequeño soñaba en poder jugar aquí en el Estadi. Soñaba jugar aquí, iba a ver partidos fuera, finales. Y el sentimiento y orgullo de ser del mejor club del mundo no me lo va a sacar nadie", se enorgulleció el capitán culé.

"Ahora me voy, pero esto no es un adiós. Estoy seguro que será un hasta pronto. Gracias por todo", concluyó Sergio Busquets, uno de los mejores pivotes defensivos de la historia del fútbol español.