El premio de ponerse a cinco puntos de la sexta plaza, la de Betis, era muy goloso para el Sevilla y el Girona. Después de los apuros pasados durante la temporada, tener esta opción de luchar por Europa es algo que no se puede desaprovechar así como así. Y por eso, y porque son dos equipos de buen gusto por el fútbol, salieron ambos al ataque. 

Quizás de modo más directo el Sevilla, con la verticalidad que siempre ofrece Bryan Gil por la izquierda. El canterano fue el gran animador de los suyos en la primera mitad y gozó de dos oportunidades de gran peligro que no materializó por poco. Gazzaniga estuvo perfecto cuando tocó frenarle a él y a En-Nesyri, que sufrió un férreo marcaje con los tres centrales que alineó Míchel para marcarle.

El Girona lo tenía todo estudiado. Sabía que al ritmo frenético que le impone el rival a los partidos, más en su casa, le podía contrarrestar con un tono más pausado, manejando la bola con paciencia. Jugadores tiene para jugar a eso, para sacar el balón desde atrás, para combinar y asociarse. Y si encima tiene una gran efectividad en la estrategia... así lo demostró Juanpe con un remate acrobático que acabó en las redes. Un golazo y un fenomenal centro de Rodrigo Riquleme.

Con el 0-1, los de Mendilibar presionaron aún más alto, acamparon en el área rival. Ocampos, que había pedido un penalti al inicio por un pisotón, volvió a intentarlo pero su golpeo se marchó arriba. Para que no se olvidasen de quién iba ganando, Riquelme, un genio del fútbol cedido por el Atlético de Madrid, también probó fortuna con la misma suerte que su rival. Así se llegó al descanso. 

Riquelme, qué clase

Hay futbolistas en estados de gracia. Y otros que están pidiendo a gritos el final de curso. De estos últimos es el Papu Gómez, qué desperdicio de talento. De los otros es Riquelme. No es argentino ni se llama Román sino madrileño que responde al nombre de Rodrigo, pero posee una clase descomunal. Volvió a buscar el gol con un remate lejano que estrelló en el larguero. El rechace le cayó a Tsygankov que cedió la bola a Taty Castellanos para que siguiera su racha. 0-2 y el Pizjuán silenciado.

Sólo se volvió a animar con una volea de Acuña que se escapó por poco. Pero los gerundenses volvieron a cerrar las vías hacia su portero, ocuparon aún mejor los espacios y se convirtieron en un frontón capaz de desesperar al más paciente atacante. Y no sería por falta de intentos de Ocampos y Suso, de Lamela y En-Nesyri. No había forma de batir a un Gazzaniga que se mostró intratable incluso cuando le llegó el fuego amigo de Romeu. 

Se despide, pues, el Sevilla, de la ilusión europea como dijo adiós a la Feria de Abril, del mismo modo que el Girona se sube al tren continental.

Jugador Flashscore del partido: Rodrigo Riquelme (Girona).

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