Como si se tratara de una maldición que ha llegado para quedarse, tras una Copa América para el olvido y la resaca emocional que dejó el fracaso de Qatar 2022, la Leagues Cup irrumpió -literalmente- la escena veraniega en México al cortar el inicio de la liga para que todos los equipos partieran rumbo al norte (Estados Unidos).
Esta competición internacional terminó por corroborar lo que desde hace años se estableció como prioridad entre los directivos mexicanos: el fútbol es, ante todo, dinero. Como si se tratase de un tour musical o un espectáculo circense, los equipos de la Liga MX recorrieron durante casi un mes varias regiones del país vecino con estadios llenos.
Pero, a diferencia de ediciones pasadas en las que los futbolistas expresaron sus quejas sobre la competencia binacional en la que sólo jugaban de visitante, esta vez hubo un silencio generalizado de los protagonistas, en parte porque algunas condiciones elementales como hoteles, sedes de entrenamiento y alimentos mejoraron, pero también por un mandato de los directivos para no ensuciar el show planeado.
Y, aunque la propia competencia intentó, desde sus cuentas de redes sociales y con todo el poderío de Apple TV detrás, hacer un producto atractivo para ambos países, la indiferencia en el lado mexicano quedó de manifiesto antes del inicio, impulsada por la desilusión de los últimos tiempos y por la ausencia de Lionel Messi, lesionado desde la final de Copa América.
Desastre deportivo que poco importa
Por si fuera poco, en medio de todo el contexto extradeportivo, los clubes mexicanos tuvieron en general una desastrosa actuación y sólo el pequeño Mazatlán, de reciente creación y sin un arraigo histórico del que presumir, pudo llegar a estancias finales junto al América, uno de los más populares del país, que mantuvo el interés de los medios con titulares rimbombantes en el que mencionaban que el orgullo de toda una nación estaba en manos del club propietario de Televisa.
Pero cuando Luis Malagón, arquero del América y de la Selección Nacional de México quedó de rodillas en el área tras fallar el penal decisivo en la tanda desde los once metros en los cuartos de final de la competencia y frente al Colorado Rapids, las posibilidades de que México lograra ganar el torneo quedaron difuminadas, tan solo dos horas después del revés en la misma instancia del Mazatlán frente a Philadelphia Union.
Quedar sin representantes en la competencia no fue ni de cerca una desazón ni un lamento. Al día siguiente, a pesar del intento de los medios generalizados para describir el descalabro nacional como una vergüenza, la sensación de la gente apegada al fútbol en México fue una mezcla de indiferencia y alivio.
Tal vez fue ese desinterés de la gente en México lo que provocó que las cuentas de redes sociales de los clubes estadounidenses que iban eliminando a clubes mexicanos, incluidos los cuatro semifinalistas, publicaran burlas agresivas y poco habituales contra sus pares de la Liga MX, como intentando una reacción hacia la competencia. Y aunque hubo quien se sintió herido en su orgullo nacional, la indiferencia terminó prevaleciendo.
Dinero, luego existo
No obstante, lejos de que esta pesadumbre de la gente provocara preocupación en los directivos del fútbol mexicano, un sondeo del diario deportivo Récord entre las dirigencias de todos los clubes de Primera División mexicana mostró la satisfacción de los de pantalón largo con la nueva edición de la Leagues Cup. Se habían "resuelto" las quejas de organización del año pasado, pero, sobre todo, los clubes de la Liga MX, incluidos aquellos que se fueron en fase de grupos, habían logrado recaudar un dinero sencillo solo por participar.
En esta Leagues Cup de 2024, los clubes mexicanos se llevaron 200 mil dólares (180.000 euros) por cada partido disputado, alrededor de 4 millones de pesos, una cifra importante a nivel doméstico. No obstante, en una rara cortesía a la competitividad, esa cifra inicial se elevaba a 400 mil dólares (360.000 euros) por victoria y en la final el ganador podía obtener hasta 650 mil.
Así, en un mes de torneo siete de los 18 equipos de la Liga MX ganaron 400 mil dólares. Chivas, Monterrey, León, Puebla, Atlético San Luis, Tijuana y Querétaro tuvieron una paupérrima actuación en el torneo, pero se fueron de Estados Unidos con 8 millones de pesos en sus arcas.
En un escalón más arriba, tres clubes dijeron adiós a la Leagues Cup con 800 mil dólares (720.000 euros) ganados. Pachuca, Santos y Atlas -estos dos últimos propiedad de Grupo Orlegui- terminaron su participación con unos dignos 16 millones de pesos como el botín obtenido por sus actuaciones.
Dos equipos, América y Juárez, se llevaron un millón de dólares (900.000 euros), poco más de 20 millones de pesos. Una cifra que a los de la frontera les suma en su intento, hasta ahora poco exitoso, de consolidarse como un equipo de Primera División. Y, aunque el poderoso club de Coapa no suele tener problemas de presupuesto, recibir esa cantidad de dinero por un mes de trabajo no le hace mal a nadie.
Más arriba estuvieron Cruz Azul y Pumas, dos de los grandes del país, que pudieron ganar 1,2 millones de dólares (1,08 millones de euros), aunque se quedaron por debajo de Toluca y Tigres, clubes de gran importancia en el país que obtuvieron 1.4 millones.
Pero, por encima de todos, estuvo el Mazatlán. Como un simbolismo a lo que se ha convertido el fútbol mexicano, el equipo propiedad de Ricardo Salinas Pliego, un empresario mexicano dueño -entre otras cosas- de TV Azteca y que no tiene disimulo en mostrar su desprecio por tener que pagar impuestos y que ha dicho públicamente que el fútbol es un negocio, fue el club que más dinero obtuvo.
El equipo, que hasta hace no mucho era el Morelia y que Salinas Pliego eliminó de un día de para otro sin importar la gente y una tradición histórica, obtuvo 1,4 millones de dólares (1,26 millones de euros). Unos 28 millones de dólares (25,2 millones de euros aproximadamente) por un mes de desfilar por estadios estadounidenses.
Vuelve la Liga MX… y a casi nadie le importa
Tras la aventura estadounidense, este próximo viernes 23 de agosto vuelve la Liga MX con tres partidos. Y aunque pudiera pensarse que la Leagues Cup provocó que la afición extrañase el olor propio de su fútbol doméstico, la indiferencia parece extenderse también al torneo regular.
Sin embargo, no hay desilusión pasional que valga para los directivos mexicanos, enfocados en entregar resultados cuantificables de grandes sumas de dólares. Este martes, tras declarar como un “éxito” la participación de los equipos nacionales en la Leagues Cup, el presidente de la liga, Mikel Arriola, dejó entrever la posibilidad de implementar la tanda de penaltis en cada empate que haya en temporada regular. "Favorecerá al espectáculo", aseguró mientras pensaba en los tres anuncios adicionales y de gran remuneración que la televisión podía meter en las transmisiones de los partidos, y que la pasión popular del juego siga desfalleciendo.