Bosnia-Herzegovina, la generación que creció con las cicatrices de la guerra
La selección de fútbol de Bosnia-Herzegovina empezó a competir oficialmente en 1996, en la fase de clasificación para el Mundial de 1998, organizado en Francia. Sin embargo, para hablar de este equipo hay que remontarse cuatro años atrás, a la época de la separación de Yugoslavia.
Era 1992 cuando el país obtuvo la independencia y, como era de esperar, los primeros días fueron difíciles, tanto para la nueva nación como para el fútbol. Las divisiones étnicas y la inestabilidad política que se cernían sobre la sociedad bosnia fueron un gran obstáculo para el desarrollo del fútbol en el país, que carecía de infraestructuras y, lo que es más importante, de apoyo financiero.
Tan cerca y tan lejos
El escenario de crecimiento era propicio y pocos imaginaban que, menos de 20 años después, Bosnia estaría presente en un Mundial. Pero vayamos por partes. A pesar de las adversidades, la selección de Bosnia progresó ya en la década de 1990, así como en los primeros años del nuevo siglo, siendo entonces decisiva la labor de Blaž Slišković y Fuad Muzurović. Aun así, clasificarse para las fases finales de una Eurocopa y/o un Mundial era un reto difícil.
En 1998, en la fase de clasificación para el citado Mundial de Francia, Bosnia quedó cuarta en la ronda de clasificación, en un grupo formado por Grecia, Dinamarca, Croacia y Eslovenia. Siguió la Eurocopa del 2000 y un tercer puesto por detrás de la República Checa y Escocia. En 2002, la clasificación fue más penosa, y el equipo acabó penúltimo en un grupo formado por España, Austria, Israel y Liechtenstein.
Incluso sin grandes nombres, el crecimiento del fútbol bosnio empezó a ser evidente en 2004, cuando se clasificó para la Eurocopa de Portugal. Los del este lucharon hasta la última jornada por clasificarse y se quedaron a un solo gol tras empatar 1-1 con Dinamarca, que terminó líder con dos puntos.
En 2006 y 2008, Bosnia logró clasificarse para la repesca por primera vez en 2010. Sin embargo, se enfrentó a Portugal y, como todos sabemos, el equipo de Carlos Queiroz acabó con los sueños de los bosnios con dos victorias por la mínima: Bruno Alves marcó en Luz y Raúl Meireles brilló en Sarajevo.
En 2012 corrió la misma suerte, después de que Bosnia y Herzegovina se quedara a un gol de clasificarse para la Eurocopa, tras empatar con Francia, líder, en la última jornada (1-1). En la repesca, la selección oriental volvió a encontrarse con Portugal y, después de un resultado nulo en la ida, viajó a Lisboa y, esta vez, fue eliminada por un marcador más claro (6-2).
"¡Lo conseguimos!"
Así llegamos a 2014, el año que perdurará para siempre en la memoria de toda una nación. Después de tanto golpear el larguero, Bosnia logró la ansiada (e imprevisible) clasificación. El equipo de Safet Susic acabó primero de su grupo de clasificación, con los mismos 25 puntos que Grecia. Además del seleccionador, queda para la historia una generación que creció con las marcas y los sonidos de la guerra, donde destacan los nombres de Edin Dzeko, Miralem Pjanic y Asmir Begovic.
En el Mundial de Brasil, menos de 20 años después de su primer partido oficial, el equipo no pasó de la fase de grupos, pero dio una buena muestra de sus cualidades y crecimiento, perdiendo por la mínima ante Argentina (2-1) y Nigeria (1-0), y ganando a Irán (3-1), bajo la batuta de Carlos Queiroz. Esta participación aumentó el prestigio de Bosnia en el mundo del fútbol y reforzó su identidad.
Estabilizar el proyecto
Tras el logro, la selección de Bosnia siguió creciendo, aunque no volvió a hacer acto de presencia en las grandes competiciones. No obstante, en 2016 ganó la Copa Kirin, un torneo no oficial de gran prestigio que se celebra en Japón y que han ganado, entre otros, Brasil y Uruguay. Al año siguiente, el equipo terminó en tercera posición en la fase de clasificación para el Mundial de Rusia, a solo dos puntos del segundo puesto.
Siguió la primera edición de la Nations League y Bosnia tuvo otra buena actuación, ganando su grupo en la Liga B (segunda división). En 2020, el equipo volvió a estrellarse contra el larguero, al perder en la repesca por la clasificación europea contra Irlanda del Norte, en los lanzamientos de penalti.
Las siguientes actuaciones no fueron muy positivas, ya que Bosnia terminó la Liga de Naciones (A) en la última posición del grupo y la clasificación para el Mundial 2022 en el penúltimo lugar. Sin embargo, el equipo sigue consolidándose como una selección que puede estar cerca de la élite y, en la última edición del citado torneo continental, volvió a lograr el ascenso a la máxima categoría.
Futuro
La clasificación para la Eurocopa de 2024 marca el final de una generación en el fútbol bosnio, y esta es la última oportunidad de ver a Dzeko, Pjanic y compañía en un gran torneo internacional. Tras las dos primeras jornadas, Bosnia es tercera, a un punto de Eslovaquia y a tres de Portugal.
El futuro tiene todo para seguir siendo optimista, ya que la selección bosnia tiene una sólida base de talento y cuenta con jugadores en las principales ligas europeas, como Ahmedhodzic, Krunic o Tahirovic. Con una planificación adecuada, una buena inversión y un planteamiento decente, el plantel que ahora dirige Faruk Hadzibegic lo tiene todo para seguir en la senda del éxito.