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El Inter muestra su furia por la sanción a Lukaku, víctima de racismo y castigado

AFP
La Juventus ganó su recurso contra el cierre de una grada por un partido impuesto por los insultos de sus hinchas a Lukaku
La Juventus ganó su recurso contra el cierre de una grada por un partido impuesto por los insultos de sus hinchas a LukakuAFP
El Inter de Milán condenó este viernes la sanción impuesta a su delantero Romelu Lukaku en la semifinal de la Copa de Italia, afirmando que la "víctima" de insultos racistas se había convertido en el "único culpable" después de que la Juventus ganara un recurso contra el cierre de una de sus gradas.

El tribunal de apelación de la Federación Italiana de Fútbol (FIGC) confirmó la suspensión de Lukaku, por lo que no podrá disputar el partido de vuelta de semifinales del miércoles en San Siro.

El Inter de Milán lamentó el viernes "que la víctima se haya convertido en el único culpable".

Lukaku recibió la suspensión tras recibir dos tarjetas amarillas, la segunda por su celebración de gol ante los aficionados de la Juventus tras un penalti en el tiempo añadido que dio el empate al Inter (1-1) en el partido de ida en Turín.

El delantero belga se llevó el dedo a la boca, como hace tras marcar con su país, y mandó "callar" a los seguidores de la Juve.

El miércoles, la Juventus ganó su apelación contra el cierre de las gradas durante un partido impuesto por los insultos racistas de sus seguidores a Lukaku.

La decisión del tribunal de apelación de la FIGC permitirá a los aficionados acceder a la grada inferior de la tribuna sur del Allianz Stadium para el partido del domingo por la noche contra el Nápoles, líder de la Serie A.

El último incidente de racismo en un estadio italiano había provocado la condena, en particular, del francés Kylian Mbappe y del presidente de la FIFA, Gianni Infantino.

"La historia se repite", escribió Lukaku en Instagram tras el incidente.

"Ya lo pasé en 2019... y en 2023 otra vez...", en referencia a cuando hace tres años y medio, los ultras más duros del Inter le dijeron que los cánticos de mono que le dirigían los aficionados del Cagliari no eran racistas.