Ricardo Izecson dos Santos Leite, más conocido como Kaká, se puso en la piel de los jugadores argentinos y frances, que este domingo (16h00 CET) buscarán el tercer Mundial para sus respectivos países. Para el '10', un futbolista que respiraba calidad y dejó algunas jugadas y goles inolvidables, no es nada difícil empatizar porque ya disfrutó de esa privilegiada posición. 

Para el ex del Real Madrid y el Milan, quien considera que es "muy difícil" tanto ser futbolista profesional como representar a la selección nacional y participar en un Mundial, hay "varias etapas" y diferentes "retos", pero ninguno a la altura de dicho campeonato. Hacerlo, piensa, es "una gran conquista personal y profesional".

Kaká tuvo la fortuna y el "privilegio" de representar a Brasil en tres Copa del Mundo. En 2002 estaba aún lejos de su mejor nivel porque era muy joven (20 años), pero igualmente lo recuerda con mucho detalle: "Estuve allí, participé. Cuando el partido terminó, estaba al borde del terreno de juego, listo para salir y jugar unos minutos. El momento más inolvidable fue cuando alcé el trofeo, lo miré y me dije 'lo logramos. Somos campeones del mundo'. Realmente, este es mi momento cumbre".

"No teníamos una idea precisa de la magnitud, no sabíamos que todo el mundo había parado para vernos jugar. Cuando hablas con la familia y amistades, te haces una idea de lo que está sucediendo: te dicen que les han dado el día de fiesta, que todo el mundo está viendo el partido, que no hay escuela. Pero luego, cuando volvimos a Brasil y vimos la multitud de gente en las calles, nos dimos cuenta del verdadero alcance del impacto", precisó también.