La decisión de la FIFA de suspender por 90 días a Luis Rubiales de sus funciones como presidente de la Federación Española de Fútbol empieza a ver sus primeras consecuencias económicas. Rubiales, que el viernes pasado dijo en la Asamblea que no iba a dimitir, vive en medio de una situación en la que continúa quedándose solo, muy solo y ahora sin los ingresos federativos que percibe. La Federación lo ha dejado sin su sueldo, sin el coche institucional, sin chofer y le ha solicitado la devolución de su móvil, tableta y ordenador. 

La medida, asimismo, ocasiona que Rubiales no pueda pagar su defensa con los medios federativos. La entidad también ha suspendido la ayuda de vivienda (cercana a los 3.000€ mensuales) y las prebendas relacionadas con el cargo.

La acción tiene como objetivo cumplir el dictámen de la FIFA, quien considera a Rubiales fuera del cargo de forma provisional por culpa del escándalo que protagonizó al besar de forma "forzada" a Jenni Hermoso en la celebración del triunfo de España sobre Inglaterra en la final del Mundial Femenino.