Rebeka Masarova sigue en una nube en el torneo de Auckland (Nueva Zelanda). La española todavía no sabe lo que es perder un solo set y este sábado dio buena cuenta de Ysaline Bonaventure, a la que derrotó por 6-3 y 6-3 en una hora y siete minutos para clasificarse a la que será su primera final en el circuito WTA.
La tenista nacida en Basilea, que ya había ganado a la belga en la final del W60 de Hamburgo, un torneo de categoría ITF, continuó al mismo nivel que lleva desarrollando toda la semana y, con su mejor arma que es el saque (gracias a su 1,86 de estatura) no dio opción a su rival, en el puesto 95 del ranking.
Pese a que el partido, a diferencia de los anteriores disputados bajo techo por el mal tiempo, se jugó al aire libre, poco le importó a la española, que logró siete saques directos en el primer set y fue un ciclón para ponerse con un parcial a su favor y 5-1 en el segundo. Como suele suceder, la cercanía de la victoria le pasó factura y cedió su servicio para que Bonaventure maquillara un poco el marcador pero, en el siguiente juego al resto, acabó poniendo fin al duelo en la tercera bola de partido de la que dispuso.
Gauff espera en la final
Masarova, ganadora del Roland Garros junior en 2016 (mismo año en el que llegó a la que era hasta esta semana su única semifinal como profesional, en Gstaad), ya tiene asegurado el salto, al menos, desde su actual posición 130 en la clasificación mundial hasta la 94, que podría ser incluso más si completa la machada y derrota en la final a la gran favorita para ganar en tierras neocelandesas como es la norteamericana Coco Gauff. La número siete del mundo aplastó en su semifinal a Danka Kovinic por 6-0 y 6-2. Ambas llegan al partido definitivo sin perder ningún set, por lo que se espera un encuentro de alto nivel que podría significar el primer título de una tenista española desde el logrado por Paula Badosa en Sídney en enero de 2022.