Poco o nada tienen que ver Vigo y Madrid, muy lejos en todos los sentidos. Son muchísimas las diferencias que podemos encontrar: desde la climatología o la situación geográfica hasta las luces que tienen una ciudad y otra en fechas navideñas. Celta y Atleti también viven realidades opuestas porque los primeros pelean por distanciarse de los puestos de descenso y los de la capital opositan a terminar terceros o cuartos.
En un inicio cuanto menos intenso, Joseph Aidoo y Gabri Veiga vieron dos amarillas demasiado pronto (en los minutos 4 y 8 respectivamente). Situación comprometida para los locales, especialmente por la tarjeta al central, muy condicionado desde prácticamente el inicio. Pese al elevado ritmo de amonestaciones, hubo que esperar al final de la primera parte para ver la tercera (a Reinildo Mandava).
Sin sobresaltos hasta el descanso
Marcos Llorente protagonizó la opción más clara de los rojiblancos hasta el entretiempo, una llegada por la banda derecha que consiguió rematar y que hubiese llegado a portería de no aparecer Renato Tapia, dolorido porque el balón le dio en la entrepierna. Se había librado Iván Villar, observado por el recién llegado Diego Alves (debido a la lesión de Agustín Marchesín), gracias a los genitales de su compañero.
Los celestes llegaron a portería con mayor claridad en la zona de tres cuartos, pero sin ser capaces de concretar con disparos que incomodaran a Jan Oblak, a excepción de uno que ejecutó Carles Pérez que sí provocó la estirada del guardameta esloveno. lago Aspas, protagonista en el Benito Villamarín por fingir que había recibido un golpetazo de Luis Felipe en el rostro, apareció mucho menos de lo deseado.
Oblak entra en calor
Pablo Barrios abandonó el campo y Yannick Carrasco ocupó su puesto. El equipo de Diego Pablo Simeone salió con otra cara tras el paso por vestuarios, consciente de que lo realizado en los primeros 45 minutos no era suficiente. Álvaro Morata puso a prueba las aptitudes del meta local, que se tuvo que tirar a ras de césped para rechazar el golpeo del internacional español, desaparecido con balón hasta entonces.
El arreón visitante quedó ahí. Necesitaban los gallegos a su estrella, aparentemente apagada, y Javi Galán se encargó de hacerla brillar tras una jugada fantástica para superar líneas y dársela al '10', que se topó con el buen hacer de Oblak, en dos tiempos y empujando el balón sobre la misma frontera para evitar el 1-0. La más clara de todo el partido, a favor de los futbolistas dirigidos por Carlos Carvalhal.
Adiós, Savic; hola, Memphis
Stefan Savic pudo ser héroe y se convirtió en villano. Remató por encima del larguero sin oposición ni saltar siquiera tras un saque de esquina y, en la acción posterior, vio la roja por agarrar a Haris Seferovic en lo que en un principio parecía más bien una disputa. Las protestas de Simeone le costaron una amarilla y Aspas se topó con el larguero en la oportunidad que, desde fuera del área, permitió la mencionada infracción.
Dos veces más apareció el habitual salvador del Atlético de Madrid: Carles probó fortuna desde fuera del área y, después, Mandava rozó el gol en propia portería. Superadas dos situaciones de mucho estrés, Carrasco apareció en una jugada que parecía entrañar no demasiado peligro y Memphis Depay cazó un balón muerto para, de primeras, estrenarse como rojiblanco y darle los tres puntos a su equipo (89').
Jugador Flashscore del partido: Oblak.