Osasuna y Celta se neutralizan en el primer empate en El Sadar (0-0)
Entre los ricos que pelean por el título y la clasificación para la Champions, y los más desafortunados que luchan por su supervivencia, existe una clase media donde hay equipos con muchos años a sus espaldas en Primera que buscan, por fin, dar un salto de calidad. Osasuna y Celta forman parte de ella. Con esa intención de dar un paso adelante en sus aspiraciones se vieron las caras en El Sadar.
Fueron los navarros, en esa ley no escrita de que son los locales los que deben iniciar las hostilidades, quienes llevaron la iniciativa. Así llegaron las primeras ocasiones, las únicas realmente claras de la primera mitad, de manera consecutiva. Ambas, una de Budimir y otra aún mejor de Aimar Oroz de cabeza, rechazadas por Iván Villar.
Toda la ofensiva rojilla pasaba por las botas de Abde. El internacional marroquí, cuyos derechos siguen siendo del Barça, está en un gran estado de forma y no sólo intenta el desborde sino que, habitualmente, consigue romper a su par. Por su banda se generó ese peligro que, poco a poco, fue neutralizado por la defensa rival, donde Fran Beltrán, desde el pivote, la comandaba.
Racanería céltica
A pesar de la calidad que atesoran de medio campo hacia arriba, vinieron los vigueses a eso, a echarse atrás, cerrar espacios y esperar que se le apareciera la Virgen a Iago Aspas y a Gabri Veiga, una de las revelaciones de LaLiga. Larsen estaba para bajar los balones largos y Carles Pérez para conducir alguna contra. Poco balón vieron los cuatro. Una tacañería que provocó un solo disparo, de Luca de la Torre, que ni cogió portería.
El choque era un monólogo con balón de Osasuna, pero sin velocidad ni profundidad, sin buenas oportunidades de gol. Apenas un cabezazo desviado de Budimir y un zurdazo de Chimy Ávila que tampoco fue a los tres palos. Decepcionante el choque.
Gabri Veiga, el llegador
Una hora exacta, un cuarto de hora de la segunda mitad, es lo que tardó el Celta en mostrar algo de ambición. Fue Cervi quien asistió a Veiga en una contra, pero venía Gabri tan rápido que se le quedó el balón atrás y no pudo concretar el disparo en el área pequeña. Qué gran ocasión. También pudo marcar Aspas con un tiro desde la frontal que salió desviado por muy poco.
Fue el punto de inflexión del duelo. Los de Carvalhal vieron que Osasuna comenzaba a flaquear, que podían recuperar balones y correr con muchos espacios por delante a poco que presionaran unos metros más arriba. Y eso hicieron.
El guión parecía haber cambiado a favor de los celestes, si bien Abde no estaba de acuerdo, así que puso un centro envenenado que dejó pasar Chimy y terminó entrando en la portería. Unos segundos sólo duró la celebración del 1-0. Fuera de juego milimétrico del hispanoargentino. Al menos, sirvió para que de nuevo los suyos tomaran la iniciativa. Y para que rozaran el gol, ya en las postrimerías del duelo, en un testarazo en el área chica de Pablo Ibáñez que sacó con el paradón de la jornada de Iván Villar.
Hubiera significado, ya en el rush final, la victoria para los pamplonicas, y aunque hubo arreón con un tiro lejano de Ibáñez, el marcador se quedó como empezó. Un empate que no satisface a nadie, menos a un Osasuna que podría haberse acercado a la zona noble y se ha quedado en en la de nadie.
Jugador Flashscore: Abde (Osasuna).
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