Con la confianza que dan las victorias, y después de unos minutos de dominio alterno sin ocasiones, el Valladolid buscó con más ahínco la portería contraria. No le importaba a Pacheta dejar a sus dos centrales peleándose solos con Budimir y prefería que sus laterales viviesen más en campo contrario como apoyo a la ofensiva.
Así comenzaron a encontrar los caminos hacia Aitor Fernández. Especialmente por la derecha, donde Luis Pérez y Plata formaban una buena sociedad. Una combinación de ambos acabó con un remate de Sergio León bloqueado por la defensa rojilla. Fue el primer aviso serio.
El segundo ya sí provocó la intervención del meta osasunista. Un mal despeje de Juan Cruz lo cazó Machís en un disparo muy estético que se encontró con una enorme estirada de Aitor. Poco después, con un dominio aplastante del Pucela, Plata rompió a Juan Cruz, superó al portero y dio el pase de la muerte que Aridane se terminó llevando in extremis.
El central pamplonica, el mejor de los suyos, también sería providencial sacando en la misma línea de gol un sutil tiro de Machís que había superado a Aitor en su salida. Merecía el tanto el cuadro local por llegadas, por intensidad y por oportunidades.
Osasuna, mientras, se limitaba a sobrevivir sin un triste remate a meta. Torró fue quien más se acercó con un testarazo que salió cerca del palo. Muy poco bagaje de los de Arrasate, que confirmaba el bajón que les azota en las últimas tres jornadas que acumulan sin ganar.
33 remates... al limbo
El guion no varió tras el descanso. Eran los blanquivioletas los que más rondaban los dominios rivales, pero sin que Machís u Óscar Plano acertasen entre los tres palos. Sí lo hizo, pero para su desgracia golpeó un poste, Chimy Ávila. 53 minutos tardó Osasuna en rozar el gol de veras. Y 13 más para que Masip tuviese que intervenir. Al menos, ya asomaban la patita en la portería contraria.
Con eso y con los cambios, pareció romperse así el choque. Larin y Plata tuvieron el gol en sus botas. Era más fácil meterlo que fallarlo... pero hicieron esto último y dieron vida de nuevo a los navarros. Kike Pérez, con un remate envenenado desde su casa, exigió lo mejor de Masip. Se olía el gol en el Zorrilla, que podía caer para cualquier lado.
Y por mucho que lo intentaron los delanteros del Valladolid, especialmente el canadiense Larin, quien más cerca estuvo de marcar fue Brasanac en un contragolpe del que se acordará varios días. Remató en el área pequeña, pero Masip, tirando de reflejos, salvó a los suyos.
Al final, a pesar de los muchos intentos, el marcador se quedó como estaba para mayor alegría visitante.
Jugador Flashscore del partido: Aridane (Osasuna).
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