Publicidad
Publicidad
Publicidad
Más
Publicidad
Publicidad
Publicidad

Previa: Una España sin margen de error choca contra el único superviviente africano

Luis Enrique en el partido entre España y Japón
Luis Enrique en el partido entre España y JapónAFP
Después de la sorpresiva derrota contra Japón, la roja se mide contra Marruecos. El equipo de Walid Regragui clasificó como primero de su grupo y maneja una generación dorada en donde nombres como Ziyeck, Hakimi o En- Nesyri pueden complicar el camino de los dirigidos por Luis Enrique

De la eliminación por tres minutos a el martes han pasado muchas cosas. Luis Enrique advierte que nunca se enteró de la escalada de posiciones tica. España pasó como segunda de su grupo. Evitó caer en la zona de Brasil y, además, confirmó que Marruecos es su nuevo obstáculo en el camino. 

En las apuestas, los africanos se posicionaban en las últimas plazas de su bombo. Incluso Canadá, que realizó una brillante participación en las clasificatorias de la Concacaf, tenía mayores probablidades de avanzar. La estadística y los pronósticos están para romperse. Marruecos, la cenicienta del grupo, clasificó como primera. Eliminó a Bélgica. Superó a Croacia y transmite una sensación que, por momentos, se ausenta un poco de la plantilla de la selección española: la seguridad defensiva. 

España no es un polvorín. Es un equipo distante de las crisis. La derrota contra Japón exhibió dos vertientes: por un lado quedó el sinsabor que genera toda caída. Por el otro, la satisfacción de evitar a Brasil, uno de los dos equipos más fuertes de la Copa del Mundo. 

En la fase de grupos era válido fallar. La clasificación estaba práctiamente asegurada. Un triunfo de Costa Rica era lo único que pondría en riesgo el tiquete de la roja. Durante tres minutos eternos, España se vio eliminada. Los ticos vencían a Alemania. Algo histórico, pero propio de un Mundial en donde las sorpresas están a la orden del día. 

Más allá del polémico gol de Japón, la derrota de España ocurrió por dos elementos. El primero, el exceso de confianza. La roja sólo ganó un partido en la Copa del Mundo y, en ese contexto, se hablaba más del posible partido contra Brasil en cuartos que del encuentro ante Japón. Sí, lo hizo 7-0. Sí, es un triunfo que nunca será olvidado. Sin embargo, frente a Alemania expuso inconvenientes defensivos. Ante Japón no logró solventar el factor sorpresa y, más por estado ánimico que por juego, rozó un ridículo. 

El segundo punto que impulsó la victoria Japón es un problema que se moviliza de generación en generación en España: la inestabilidad defensiva. La línea adelantada producto de un equipo amplio, creado para atacar desmesuradamente. La falta de solvencia y, en especial, el miedo a quedar fuera de una Copa del Mundo en las primeras de cambio. 

Marruecos, un rival peligroso

El peligro y el vértigo son dos palabras que definen a la perfección a Marruecos. El único superviviente africano de el Mundial tiene una labor compleja: limitar la capacidad ofensiva de España y cortar la circulación de la pelota. 

Marruecos es un plantel que puede jugar sin el balón en los pies. La velocidad de sus laterales, empezando por Hakimi o Mazraoui, genera acciones de riesgo desde las bandas. Centros. Incursciones en la profundidad del campo que, en caso de un error de atención, se pagará muy caro. 

Además, Marruecos presenta una fortaleza que siempre ha sido una debilidad en España: el juego aéreo. En-Nesyri es un ariete puro. Conce a la perfección a la roja (milita en el Sevilla) y es un hombre efectivo dentro del área. Ziyech presenta una precisión en los pases envidiable. Pese a no destacar en el Chelsea, es un pilar en el ataque marroquí. 

El triángulo de las Bermudas

Mientras que Marruecos es un equipo que tiene la capacidad de manejarse sin la pelota, la posesión es fundamental en el sistema de España. Luis Enrique edificó una columna vertebral en donde el mediocampo es clave. Las acciones ofensivas inician, casi siempre, en el triángulo de las Bermudas de la Roja. Busquets, Pedri y Gavi conforman un tridente medular envidiable que mezcla juventud y experiencia. 

Marruecos es un plantel corto, ordenado y que ejerce a la perfección las trancisiones de defensa- ataque. España, por el contrario, promueve el tiki-taka. La circulación. La creación de acciones de gol en el área rival. 

Pedri es el jugador diferente de España. El canario encontró su lugar en la roja y es escencial para el Barcelona. Con 20 años, es el niño mimado de Luis Enrique. Es un hombre técnico y, al igual que Gavi, potencia su estado físico con intensas horas de gimnasio en la sede del club catalán. 

El vencedor del partido entre España y Marruecos se enfrentará contra el ganador del duelo que protagonizarán Japón y Croacia.