Quique Setién le ofrece “una mano” al Barça y vence 2-1 al Real Madrid en La Cerámica
Que Quique Setién ayude al Barcelona es una utopía. El cántabro no maneja recuerdos positivos de la Ciudad Condal. En su estancia como entrenador en el Camp Nou, el Barça sufrió el aparatoso 8-2 ante el Bayern, perdió LaLiga contra el Real Madrid y, además, terminó en blanco la temporada. La ausencia de títulos, como era de suponerse, obligó a su posterior destitución.
Dos años después de esa dolorosa salida, Setién puede acercar al Barcelona a un título. Su Villarreal ha ofrecido una cátedra en La Cerámica. La presión alta, la agresividad y la potencia han diezmado la energía del Real Madrid con un contundente 2-1. El cuadro merengue recibe la primera derrota ante el submarino amarillo en los últimos ocho años.
El valiente Villarreal advirtió la estrategia que iba a implementar desde el amanecer del encuentro. La salida del Real Madrid, caracterizada por la limpieza y el orden, estaba en grandes problemas. La asfixiante presión alta del equipo valenciano obligó a los centrales de Carlo Ancelotti (en especial a Rudiger) a rifar la pelota.
En el minuto 4, precisamente, llegó el primer aviso del local. Un poste de Coquelin hizo temblar a Courtois. El portero belga no alcanzó a llegar a un tacón desviado por el centrocampista francés.
El arranque del Villarreal fue fulgurante. El del Madrid dormido. El vigente campeón de LaLiga se veía incómodo con el balón en los pies. Con todo en contra, la entidad de Chamartín sobrevivió a la primera parte y sostuvo el 0-0 hasta el descanso.
La presión alta castiga al Real Madrid
La presión alta del Villarreal ya había advertido a Rudiger. Mendy, de partido desordenado, no escuchó los avisos. El lateral francés cedió un balón en los tres cuartos del campo. El submarino amarillo trianguló con rapidez. La pelota circuló. Venció a la defensa merengue para llegar a los pies de Yeremy. El extremo remató de primera. El balón dejó atrás a Courtois y Mendy, el lateral que inició la acción, intentó sacar sin éxito el esférico del fondo de la red. Villarreal 1-0 Real Madrid.
El partido dejaba una máxima: el Villarreal era superior. La historia, por otra parte, exhibe una segunda premisa: el Real Madrid no necesita jugar bien para igualar un marcador. Dos minutos después del gol de Yeremy, una mano de VAR de Foyth fue decretada como penalti. Benzema desde los once pasos no suele fallar.
Y no falló en La Cerámica.
El Balón de Oro lanzó un remate rastrero que engañó al eterno Pepe Reina, quien disputó el sábado su partido número 500 como profesional. Era el minuto 62. Quedaba una media hora frenética por delante.
El encuentro terminó por decidirse de mano a mano. El Real Madrid no había terminado de festejar el gol de Benzema cuando un extraño desequilibrio de Alaba se transformó en un nuevo penalti. El defensor austriaco tocó el balón con la mano con el impulso de una caída en el área. Gerard Moreno sorprendió a Courtois y puso el 2-1 final para el conjunto de Quique Setién.
El Villarreal escala hasta la quinta plaza de LaLiga con el triunfo. El equipo groguet suma los mismos 27 puntos del Atlético de Madrid. La diferencia de gol impulsa a los colchoneros a la cuarta posición de la tabla.
El Real Madrid, por su lado, mantiene su segundo escaño con 38 unidades. Si el Barcelona vence el domingo al Atlético en el Metropolitano empieza a decantar LaLiga a su favor. Los astros parecen estar finalmente con el once de Xavi.
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