Se acabó el sueño para la selección francesa, eliminada por Sudáfrica en cuartos de final
El Stade de France acogía la noche del domingo el último partido de cuartos de final de la Copa del Mundo de Rugby, el más esperado en Francia. El XV del Gallo soñaba con seguir progresando para hacerse con el trofeo William Webb Ellis, pero para ello debía superar a la vigente campeona, Sudáfrica.
El regreso de Antoine Dupont al equipo estuvo a punto de dar sus frutos en los primeros compases, con una secuencia de dos despejes cortos por encima de la cabeza que estuvieron a punto de provocar un ensayo de Louis Bielle-Biarrey. Pero a la segunda fue la vencida, con los Bleus montando un devastador pack de penetración antes de terminar en corto por la banda con un ensayo de córner de Cyril Baille (4º). Una forma perfecta de empezar un partido.
Les Bleus no se detuvieron ahí, y estuvieron a punto de doblar su ventaja cuando Mauvaka interceptó a Etzebeth salvando el día para los Boks. Pero en la primera incursión de Sudáfrica en el partido, los franceses se enredaron con una vela, y Kurt-Lee Arendse aprovechó la oportunidad para transformar (9'). El partido se volvió entonces estratégico, pero el ritmo no decayó. Los Springboks no aflojaron, y rápidamente doblaron su ventaja cuando De Allende rompió la defensa con un balón suelto, antes de rematar él mismo con contundencia (7-12, 19').
Esta circunstancia desató la furia de los Bleus, que dieron un paso adelante y pronto se vieron recompensados cuando Dupont jugó rápidamente un penal y Peato Mauvaka ensayó. El partido adquirió un ritmo frenético, y cada error se pagaba en efectivo, como en el caso del XV francés, que perdió un balón en el centro del campo, lo que fue aprovechado directamente por Cheslin Kolbe, que consiguió un ensayo (27º).
Una vez más, los Bleus volvieron a la carga, asediaron la línea, ganaron un penal y Cyril Baille remató el trabajo con un ensayo (31º). La necesidad de un respiro era ahora imperiosa, pero Ramos lanzó el penal sobre la bocina para poner a Les Bleus por delante al descanso (22-19).
En la segunda mitad, con las sustituciones comenzó un nuevo partido. Buen arranque de los Bleus, que no tardaron en sumar tres puntos gracias a la bota de Ramos (54'). Los Boks volvieron a presionar, y Les Bleus se encendieron cuando Jalibert falló una touch , afortunadamente sin consecuencias. A falta de 20 minutos para el final, Les Bleus tenían la sartén por el mango.
La intensidad no disminuyó y Francia volvió a entrar en el campo sudafricano, topándose con una férrea defensa. En la primera oportunidad, Jesse Kriel rompió la zaga para acercar a los Boks a la línea bleu. Esto fue crucial, porque Eben Etzebeth, tras una jugada dominante de los sudafricanos, rompió la defensa y sobrepasó la línea. A falta de 13 minutos, Les Bleus perdían por un punto (25-26). A un duro golpe le siguió otro, cuando Pollard consumó un bombazo desde 50 metros que ponía el 25-29 en el marcador.
Esta vez, la situación era crítica para el equipo francés. Sin embargo, los galos sumaron con un penal transformado por Ramos, pero se quedaron a un punto. Cuando los Bleus volvieron a tener el balón en sus manos, se encontraban a 90 metros del in-goal rival. Lanzaron una última jugada desesperada, que puso al estadio en pie por última vez, pero ya era demasiado tarde.
Francia perdía así 28-29 y dejaba "su" Mundial en cuartos de final. Una inmensa decepción para un país que soñaba con su primer título mundial en casa.