Pese a los contratiempos, Djokovic vuelve a ser un 'animal competitivo' en Roland Garros
No fue hasta las 3:07 de la madrugada del domingo en París cuando el número 1 mundial pudo levantar los brazos después de sellar su clasificación para cuartos de final, con remontada incluida, ante el joven italiano Lorenzo Musetti, al que derrotó por 7-5, 6-7 (6/8), 2-6, 6-3 y 6-0 en un partido que duró 4 horas y 29 minutos.
El serbio no quiso valorar el hecho de que su partido comenzara casi a las 23 horas en una primera semana de Roland Garros perturbada por la lluvia, que ha ido retrasando el programa previsto y que obligó a la organización a meter más partidos de los programados en las dos pistas principales, las únicas protegidas con techo.
"Las cosas podrían haberse gestionado de otra manera" por parte de la organización del torneo, pero "no quiero entrar en ese debate", se limitó a decir el serbio.
Iguala el récord de Federer
Pero más allá de la anécdota, la victoria ante Musetti permitió a Djokovic igualar el récord de 369 victorias en Grand Slam del suizo Roger Federer y alcanzar por 15ª vez consecutiva los cuartos de final del torneo parisino.
Todo podría haber cambiado de haber perdido ante Musetti, lo que le hubiese supuesto su peor resultado en Roland Garros desde 2009.
El lunes, frente al argentino Francisco Cerúndolo, por la tarde, Djokovic podrá seguir ampliando su leyenda y buscar su 25ª título de Grand Slam, lo que le convertiría en el tenista con más 'grandes' de la historia, superando a la australiana Margaret Court, con la que actualmente está empatado.
Pese a los números, todo parecía indicar que Djokovic quizás no estaba en condiciones de revalidar su corona en París.
El serbio se presentó en la capital gala no solo sin haber ganado ningún título esta temporada, algo que en su carrera sólo le había ocurrido en 2022, sino que tampoco había disputado ninguna final, teniendo las semifinales de Australia, Montecarlo y Ginebra como mejores resultados.
"Claro que estoy preocupado. No he jugado para nada bien este año", llegó a decir tras perder en la ciudad suiza frente al checo Tomas Machac, 44º del mundo, en un partido en el que llegó incluso a pedir asistencia médica y luego explicó que había tenido problemas estomacales.
En el último torneo antes de Roland Garros, el Masters 1000 de Roma, Djokovic perdió en tercera ronda frente al chileno Alejandro Tabilo y no parecía haberle funcionado le plan de haberse vuelto a Belgrado a entrenarse tras caer eliminado en Montecarlo, saltándose el Masters 1000 de Madrid.
Pero tras una semana en París, sus rivales ya lo saben: el rey no tiene intención de abdicar fácilmente.
"Pelea como un guerrero"
"Tiene 37 años, 24 títulos del Grand Slam, son las dos de la madrugada y pelea como un guerrero", destacó el extenista francés Fabrice Santoro, ahora comentarista de televisión, destacando el espíritu competitivo de Djokovic.
"Es como Lebron James, que tiene 39 años pero lucha hasta el final, lo da todo y le encanta eso. Es increíble ver algo así", dijo por su parte otro legendario extenista, John McEnroe, también en tareas televisivas.
Un espíritu competitivo que Djokovic muestra cada vez que está en un grande: "Mentalmente, me concentro casi exclusivamente en los Grand Slams... y este año en los Juegos Olímpicos", dijo 'Nole' el pasado jueves tras vencer en segunda ronda al español Roberto Carballés.
"Sé de lo que soy aún capaz de hacer en los Grand Slams y eso me lleva a jugar mi mejor tenis. Si todavía juego a este nivel es porque quiero realmente hacer historia en este deporte", añadió.
"En mi cabeza tengo la convicción de que aún puedo ganar otro Grand Slam", reiteró.
Sus rivales están avisados.