La sonrisa de Alcaraz se apaga ante la risa del Djoker
Con la misma alegría con la que se le vio en los dos últimos partidos, Alcaraz afrontó su nuevo duelo ante Djokovic. Eso se reflejó en el primer juego, donde ya tuvo dos bolas para romper el servicio, pero el serbio reaccionó como el número 1 del mundo que es, con cuatro puntos seguidos.
Novak volvió a sufrir con 2-2 mientras el español, al que se veía cómdo, ganaba con solvencia sus saques. Pero con 3-4 llegó el punto de inflexión del set. Es lo que tiene jugar contra un hexacampeón de Maestros. En cuanto te despistas, como le dejes un mínimo resquicio, lo pagarás caro. Y eso ocurrió. Alcaraz, que no había flaqueado hasta ese instante, se encontró con un 15-40 que no pudo levantar. Golpe durísimo.
Sólo le quedaba a su oponente servir para apuntarse, con un ace, la primera manga por 3-6 en 42 minutos mientras al del Palmar le mutaba el rostro, muestra total de pérdida de confianza.
Borrón y ¿cuenta nueva?
Necesitaba un reseteo el pupilo de Juan Carlos Ferrero, animando desde la grada, como sus padres. Ese apoyo le valió para iniciar el segundo set con un juego en blanco. No fue suficiente. Djokovic ya estaba on fire. Ganó su saque con facilidad, volvió a romper el de Alcaraz con unos restos muy potentes y se apuntó de nuevo su servicio para abrir hueco con 1-3.
Los gestos del tenista de El Palmar denotaban su incomodidad en la pista turinesa, su impotencia ante el vendaval que tenía enfrente, que veía la herida y presionaba sobre ella para hacer más sangre aún. Para pesar del balcánico, también Alcaraz está hecho de otra pasta y lo demostró llevándole al límite. Disfrutó de otras dos bolas de quiebre, pero no las aprovechó y el marcador se puso con 2-4 muy cuesta arriba.
Ese fue el momento para pensar en la remontada. Pero Djokovic no lo permitió. Y no sólo eso, sino que volvió a romper el saque para ponerse con 2-5 y servicio para ganar el partido. Y por supuesto que lo hizo.
Todas las estadísticas del Alcaraz-Djokovic, en Flashscore.